Participación y conversación política en YouTube: #Ayotzinapa, #MichaelBrown y #BlackLivesMatter

Participation and conversation in YouTube: #Ayotzinapa, #MichaelBrown & #BlackLivesMatter

Sección: Dossier
Sobre los autores:
Resumen

La plataformización transformó la organización de las prácticas sociales, entre ellas las que responden a la violación de los derechos humanos de grupos marginados. A través de un estudio comparado entre protestas sociales que surgieron en 2014 por el abuso policial en contra de jóvenes excluidos de la esfera pública -la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en México y el asesinato de Michael Brown en EUA; que engrosó las demandas del movimiento Black Lives Matter- se pretende contribuir a la comprensión de las dinámicas de participación ciudadana que, como conversaciones políticas, se materializan en la plataforma YouTube. Se utilizaron diferentes métodos digitales para el análisis de un corpus de 1,451 vídeos que se subieron durante el primer año de las manifestaciones. Se propone un Índice de participación con base en los comentarios para intentar escapar de la lógica transaccional de la plataforma expuesta en las vistas. Se indaga en el tipo de actores y en las formas en las que se articuló la protesta. Los resultados muestran que las métricas convencionales invisibilizan actores y redes de participación que se articulan en las movilizaciones contemporáneas.

  • Palabras clave:
  • conversación política;
  • participación ciudadana;
  • YouTube;
  • plataformización;
  • Black Lives Matter;
  • Ayotzinapa.
Abstract

Web platformization transformed the organ ization of social practices, including those that respond to human rights violations of marginalized groups. Through a compara tive study between social protests that emerged in 2014 due to police abuse against youngsters excluded from the public sphere -the disappearance of 43 rural stu dents from Ayotzinapa, in Mexico, and the murder of Michael Brown, in the US; an event that raised the agenda of the Black Lives Matter protest movement. We attempt to understand the dynamics of citizen partic ipation, which as political conversations ma terialize on YouTube. Different digital methods were used to analyze a corpus of 1,451 videos on YouTube uploaded during the first years of protests. The first part pro poses a Participation Index based on com ments rather than the platform's transactional logic, which merely exhibits the number of views. Then, look for the type of actors and the ways action was articu lated. Results show that conventional met rics invisibilize certain actors and participation networks that are articulated in contemporary movements.

  • Keywords:
  • political talk;
  • citizen participation;
  • YouTube;
  • platformization;
  • Black Lives Matter;
  • Ayotzinapa.

Introducción

La creciente plataformización de la web (Helmond, 2015) tiende a predeterminar la participación política por medio de prácticas digitales que no suelen favorecer la vida democrática (Mosco, 2017; Srnicek, 2017; Van Dijck et al., 2018; Van Dijck, 2020; Zuboff, 2019) y que especialmente afectan a las personas que viven bajo diversos sistemas de opresión (D’Ignazio y Klein, 2020). La esfera pública digital se ve comprometida con la intervención del mercado y del Estado; por un lado, por medio de algoritmos que se configuran desde lógicas comerciales que visibilizan determinados contenidos y provocan tendencias fugaces que moldean las estéticas de las contiendas sociales contemporáneas (Tufekci, 2017; Sued et al., 2021), y, por el otro, a través de la propaganda algorítmica, el espionaje y la fabricación artificial del consenso, articulados desde el poder político (Treré, 2020) donde se concentra una élite de “hombres heterosexuales, ‘sanos’, blancos y cisgénero del Norte Global” (D’Ignazio y Klein, 2020, p. 8). Además, la complejidad del escenario mediático digital incluye la producción y consumo de noticias falsas (Salaverría y León, 2022), la fragmentación de la esfera pública en múltiples esferas (Sorice, 2020), la polarización de la opinión ciudadana y la construcción de cámaras de eco (Serrano-Contreras et al., 2020) que limitan el diálogo abierto entre personas que tienen diferentes puntos de vista sobre temas de interés social (Dahlgren, 2013).

Sin embargo, el mismo ecosistema mediático, en tanto bidireccional, ha permitido que voces periféricas tomen la palabra en las esferas públicas digitales que se configuran, a través de diversos repertorios y expresiones públicas (Flores-Márquez, 2019; Mor et al., 2015) que logran instalarse en el centro del modelo del capitalismo tardío, algunas de ellas con prácticas estratégicas que emergen como resistencias algorítmicas (Treré, 2019; Sued et al., 2021) y prácticas mediáticas de reparación (Velkova y Kaun, 2021) que surgen del imaginario tecnopolítico y de la agencia de activistas que desarrollan estrategias para neutralizar los sesgos y las dinámicas de control político y económico y que desencadenan a su vez conversaciones políticas entre ciudadanos que no necesariamente están politizados (Graham, 2015; Graham et al., 2015; Literat y Kligler-Vilenchik, 2021). Adicionalmente, recientes estudios revelan que, la polarización de la opinión pública vinculada con la plataformización de la participación política se materializa en diferentes grados de acuerdo con la cultura política de los usuarios (Luego, García-Marín y de-Blasio, 2021), lo cual revela la existencia de un mutuo modelado, tanto de las plataformas sociodigitales como de las prácticas de participación ciudadana (Sued et al., 2021).

Estos contrastes y complejidades obligan a continuar con las indagaciones científicas para lograr una mejor comprensión de los matices que existen en las dinámicas de participación ciudadana que ocurren en los entornos digitales. En sintonía con Treré (2020) consideramos importante explorar las prácticas que no suelen estudiarse y que pueden estar vinculadas con procesos más complejos de participación, tal como lo muestra la reciente indagación de Loana Literat y Neta Kligler-Vilenchik (2021) que revela la existencia de expresiones y conversaciones políticas en los comentarios vertidos en determinados contenidos de las redes más utilizadas por los jóvenes -TikTok, Instagram y YouTube-.

Nuestra inquietud por indagar en la configuración de la conversación política mediada en las plataformas sociodigitales, nos llevó a preguntarnos sobre una posible metodología que revisara las producciones de alta y baja visibilidad en relación con la participación que sucede en esas prácticas sociales y que pudiera ponderar el planteamiento algorítmico al que responden las plataformas.

De ahí que la presente investigación se plantea como objetivo identificar si, bajo otras métricas de indagación que no sean las predeterminadas por las plataformas, se localizan otros actores, contenidos y prácticas de participación que engrosen la conversación política de problemáticas relacionadas con la violación de derechos humanos fundamentales.

Para lograr lo anterior, se llevó a cabo un estudio comparado y distante de la producción cultural que se dispersó en YouTube frente a sucesos de abuso policial cometidos en contra de jóvenes que forman parte de grupos sociales marginados; casos que, por permanecer en la impunidad deberían seguir vigentes en el debate público. Se trata de las manifestaciones que, desde el 2014, surgieron a partir del asesinato del adolescente afroamericano Michael Brown, en Estados Unidos, y de la desaparición forzada de 43 estudiantes de origen indígena pertenecientes a la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en México.

En el contexto de marginación histórica, es relevante analizar la participación ciudadana que surgió frente a estas violencias sociopolíticas. Si bien, la producción cultural se registró en diversas redes sociodigitales, como fue en Twitter, Instagram y Facebook (Meneses y Castillo, 2019; Greenwood et al., 2016), YouTube es la plataforma que permite una mayor entrada sin fricción, pues no es necesario suscribirse a un canal para interactuar sobre sus contenidos, adicionalmente tiene el primer lugar de penetración en los hábitos de uso tanto en Estados Unidos como en México (We Are Social, 2021), lo que significa un paralelismo adicional entre los casos analizados.

Asumimos que las audiencias de estas dos protestas son heterogéneas a pesar de las similitudes enunciadas entre ambos casos, consideración que puede permitir una mejor identificación del fenómeno de plataformización y puede evitar generalizaciones precipitadas.

El estudio comparado consistió en el análisis distante de los metadatos de 1,451 producciones ancladas en YouTube durante los primeros 12 meses de las protestas y de las características principales de los videos de acuerdo con un Índice de participación propuesto con base en los comentarios.

El abuso policial de jóvenes racializados: Ayotzinapa y Black Lives Matter

En el otoño del 2014, las plataformas sociodigitales fueron utilizadas para el debate, la denuncia, la expresión del desconcierto y de la indignación ciudadana frente a los abusos policiacos cometidos en contra de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en México, y en contra del joven afrodescendiente Michael Brown en Estados Unidos.

Brown, fue abatido a tiros por el oficial Darren Wilson el 9 de agosto de 2014 en la ciudad de Ferguson, Missouri. Tan solo un mes y medio después, la noche del 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, Guerrero en México; seis personas fueron ejecutadas extrajudicialmente y 43 normalistas fueron desaparecidos por parte de fuerzas policiacas vinculadas con el narcotráfico (GIEI, 2015; 2016).1 El caso Ferguson engrosó las demandas del movimiento Black Lives Matter que surgió en el 2013 luego del asesinato impune de otro adolescente afroamericano llamado Trayvon Martin (Carney, 2016), mientras que el caso Ayotzinapa unificó la indignación ciudadana en contra de la creciente desaparición de personas que existe en México y dio lugar a una de las mayores protestas sociales de las últimas décadas en el país (Gravante, 2020).

Ambos casos, presentan algunas semejanzas que incitan la realización de estudios comparados (Falcón, 2015; Kilgo et al., 2018). En primer lugar, se trata de abusos policiales cometidos en contra de víctimas que estaban desarmadas en el momento de los acontecimientos (GIEI, 2015; Kilgo et al., 2018); en segundo lugar, existe un fenómeno compartido de violencia sistémica en contra de la población joven en ambos países y en tercer lugar, se trata de un problema histórico que remite a un complejo sistema de opresión y abuso de poder vinculado con el racismo, la clase social y la violencia estatal.

La mancuerna violencia y juventud es un factor detonante de conflictos sociales en los dos países, no sólo en la actualidad cuando los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2021) muestran que en México se asesinaron a más de 35 mil personas en el año 2020 de entre las cuales 1,210 tenían menos de 17 años o en aquél 2014 cuando en Estados Unidos 4,300 adolescentes y jóvenes de entre 10 y 24 años fueron víctimas de homicidio según el Sistema Nacional sobre Muertes Violentas (Centers for Disease Control and Prevention [CDC], 2021).

El abuso policial en contra de personas racializadas y empobrecidas revela la posición subalterna de los afrodescendientes e indígenas en Estados que, como Estados Unidos y México, se configuraron a partir de procesos de sometimiento, marginación y discriminación. Para Ángela Davis, la complejidad del fenómeno radica en su historicidad, pues estos episodios de violencia sociopolítica no son eventos aislados que ocurren en circunstancias particulares; por eso “cuando te organizas en contra del racismo policial, también hay que señalar el paralelismo con lo que ocurre en otros territorios. No se trata de similitudes sino de conexiones estructurales” (Davis, 2017, p. 27).

Gracias a las plataformas digitales como YouTube y otras redes sociodigitales, la violencia policial y el abuso de autoridad son fenómenos cada vez más visibles en ambos países. Se trata de un fenómeno social histórico que requiere de urgente atención. Tan sólo en el 2021, en Estados Unidos se presentaron 1,055 tiroteos policiales con víctimas fatales y la tasa de tiroteos fatales por la policía entre ciudadanos afroamericanos fue mucho más alta que la de cualquier otro grupo étnico (Statista, 2022). Mientras que, en México, la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2021) refiere que 64.5% de la población privada de la libertad mencionó haber sufrido algún acto de violencia por parte de la autoridad y 48.6% dijo haber sufrido algún tipo de agresión física.

La conversación política como participación ciudadana

En el marco del crecimiento exponencial de las plataformas sociodigitales (We Are Social, 2021) y de su penetración en la vida cotidiana donde se configuran nuevas formas de sociabilidad, pareciera cuestionable la idea de Habermas acerca de una esfera donde los ciudadanos deliberan racionalmente sobre temas de interés estrictamente público sin la mediación del Estado y del mercado. Sin embargo, es preciso retomar la advertencia de Treré (2020) sobre la necesidad de alejarnos de interpretaciones simplistas. Actualmente la esfera pública se configura de forma muy compleja, en una gran variedad de espacios, redes y niveles de participación -dentro y fuera de los entornos digitales (Graham et al., 2015)-. De ahí que, sea pertinente considerar que estas formaciones ocurren en una “híbrida y multifacética ecología mediática” (Treré, 2020, p. 35), que considera el contexto histórico y social en que se inscriben estas prácticas comunicativas.

Con este enfoque, se busca trascender los determinismos que pudieran desechar de entrada el estudio de la participación digital, donde como hemos enunciado, se despliegan constantes luchas por el reconocimiento de grupos históricamente marginados (Almeida, 2019; Carvalho, 2017; Clua et al., 2018; Couldry, 2012) materializadas en las expresiones y conversaciones ciudadanas que se desencadenaron por la desaparición de los 43 normalistas y por los homicidios de los jóvenes afroamericanos en Estados Unidos.

Esta complejidad mediática se observa también en las diferentes formas en las que adquieren visibilidad algorítmica las expresiones públicas de las protestas sociales. De acuerdo con Gabriela Sued et al., (2021) algunas de las expresiones adquieren visibilidad por medio de la resistencia algorítmica que es parte de la acción colectiva que se emprende alrededor de experiencias de menosprecio social (Della Porta y Diani, 2011; Melucci, 1999; Johnston, 2014; Jasper, 1997). Sin embargo, dentro de las mismas expresiones públicas, existen también otro tipo de producciones que son modeladas por la infraestructura de la cultura digital y que suelen responder a las estéticas vernáculas de las plataformas con lo que logran, fácilmente, altos niveles de viralidad.

Ambos tipos de visibilidad -tanto las asociadas a la resistencia algorítmica como a la vernácula- desencadenan reacciones particulares en sus audiencias, las cuales se vierten como interacciones y/o comentarios que, por sus características suelen ser desestimados como debates públicos racionales.

Sin embargo, para comprender la conformación de sentidos políticos habría que reconsiderar su estudio, incluyendo los comentarios vertidos en las producciones que logran poca visibilidad. Al respecto algunas indagaciones proponen la categoría “conversación política” (Graham, 2015; Graham et al., 2015; Kligler-Vilenchik, 2021) que es una expresión incipiente de la participación ciudadana que ocurre en los entornos digitales dentro de la vida cotidiana de las personas. De acuerdo con estos análisis, la formación de la esfera pública contemporánea requiere de varias condiciones además de la experiencia, el conocimiento, la afinidad y el debate racional. En un primer momento se requiere de la activación de ciudadanos que consideren que su participación política también consiste en hablar con otras personas sobre temas de interés común donde frecuentemente abordan asuntos de interés público que pueden desencadenar acciones concretas en el tiempo ya que “la conversación política que surge en estos espacios suele ser espontánea y tiende a carecer de un propósito directo”2 (Graham, 2015, p. 250). En este sentido los comentarios e interacciones que desencadenan las producciones culturales de protesta pueden ser objetos de estudio relevantes, para comprender la configuración de la conversación política en el contexto de la plataformización de la vida cotidiana.

La protesta social en YouTube

Estudiar las dinámicas participación política en la plataforma YouTube es relevante, tanto por la penetración de la red social, como por la creciente audiovisualización de la cultura digital que se refleja en los repertorios de acción que son utilizados en las movilizaciones contemporáneas (Sierra y Montero, 2015), en las cuales, se distribuyen narrativas audiovisuales desde puntos de vista contrahegemónicos (Askanius, 2015; Castillo-González y Leetoy, 2019). Además, el estudio de la producción cultural de protesta en YouTube se hace necesario frente a la opacidad de sus algoritmos. Recientemente, la plataforma ha sido catalogada como radicalizadora, pues parece premiar las dinámicas de poder a partir de las recomendaciones preconfiguradas (Tufekci, 2018), mientras que otras investigaciones han buscado identificar las variables relevantes para el algoritmo de YouTube, con pocos resultados pues, sus hallazgos encontraron bajos vínculos directos entre las variables básicas, como son: el recuento de vistas, me gusta o comentarios y los resultados de búsqueda (Rieder et al., 2018).

Finalmente, otros autores han detectado un déficit en el estudio de YouTube respecto a otras redes sociodigitales (Arévalo, 2018) lo cual pudiera reflejar la dificultad para estudiar fenómenos sociales en una plataforma de gran complejidad, que se configura como red social y también como un medio de medios donde existen múltiples usos y estéticas (Vraga et al., 2014).

Uno de los acercamientos al estudio de la protesta social en YouTube es el análisis de los comentarios, ya que a diferencia de otras plataformas, la interacción no se condiciona a la suscripción del internauta en el canal del productor de sentidos, lo que pudiera provocar debates entre ciudadanos que no tienen afinidad política (Uldman, 2013; Way, 2015) ya que, al parecer, la fragmentación de la opinión pública y la formación de cámaras de eco pudieran limitar esta posibilidad (Serrano-Contreras et al., 2020). De ahí que sea necesario seguir analizando las dinámicas de la protesta social en YouTube desde diversas aproximaciones metodológicas.

Metodología

Con la finalidad de sortear la lógica transaccional que impulsa la plataforma a través de las vistas o views, se propuso una interpretación alternativa para ubicar el grado de involucramiento o participación que genera el contenido producido respecto a los comentarios recibidos. Esta propuesta, a diferencia de la métrica planteada por YouTube, vincula los comentarios con las vistas en lugar de tratarlos como indicadores independientes, con lo cual se intentan soslayar los vacíos de información derivados de la ley del poder en la configuración de redes (Adamic, 2000; Barabasi y Albert, 1999; Raban y Rabin, 2009) conocida frecuentemente con el término “cola larga” popularizado por Chris Anderson (Payne, 2018; Seifert y Granitzer, 2015).

Esta ley del poder se observa en diversos eventos naturales como la magnitud de los terremotos o el diámetro de los cráteres lunares que siguen una determinada distribución, la cual también se aprecia en los fenómenos sociales que ocurren en Internet, pues solo algunos nodos concentran muchísimos enlaces y la mayoría, en cambio, muy pocos. (Barabasi y Albert, 1999; Newman, 2005). Por ejemplo, en las plataformas sociodigitales, las redes de coautoría de colaboraciones científicas o las redes de actores de Hollywood y los espacios sociales basados en la web, siguen distribuciones de la ley de poder (Barabasi et al., 2002; Ravid y Rafaeli, 2004). Una de las implicaciones de este fenómeno en la investigación de protestas sociales en redes sociodigitales, es que pocas veces se indaga en la cola larga de la producción cultural de las mismas y, quizá por eso, se ignoran las dinámicas y los intercambios que ahí se gestan. Es por ello que la metodología utilizada para el presente estudio propuso evaluar la cantidad de comentarios en proporción a las visualizaciones recibidas por cada vídeo, para obtener un indicador de participación y con ello visibilizar otros fenómenos que podrían escapar a la lógica algorítmica descrita. En el presente estudio, consideramos a los comentarios de los vídeos como conversaciones políticas (Graham et al., 2015) y, por ello, como participación ciudadana en el espacio público digital, pues es ahí donde se pueden expresar opiniones, disputar o debatir distintos temas de interés público (Cru, 2018; Jeon et al., 2018; Spörlein y Schlueter, 2020).

Por lo anterior, se propone un Índice de participación que combina comentarios y vistas para aproximarnos a una evaluación que responda a otras necesidades que la plataforma oculta en sus métricas predefinidas.

Índice de participación

[ # comentarios / # vistas reportadas por la plataforma]*100

La selección del corpus se obtuvo en el 2021 por medio de la herramienta digital “YouTube Data Tools” (Rieder, 2015), en la cual se realizó la exploración utilizando la herramienta Video List, seleccionando el criterio “fecha de creación” y acotando la búsqueda al primer año de las protestas, periodo de gran movilización ciudadana. Tan solo en México, las manifestaciones realizadas durante los primeros meses, llegaron a conformar el 40% de las protestas dentro del sexenio del entonces presidente Enrique Peña Nieto (Parametría, 2014) y a un año de los trágicos acontecimientos el 97% de los mexicanos aceptaba tener conocimiento del caso y el 77% desaprobaba el trabajo realizado por la Procuraduría General de la República (Animal Político, 2015).

Se llevaron a cabo varias consultas utilizando palabras y frases significativas de las protestas y con ello, se configuraron tres bases de datos a partir de las búsquedas que arrojaron más información: 1) Ayotzinapa, 2) Michael Brown y Ferguson y 3) Black Lives Matter. De esta manera, el corpus se conformó por 1,451 producciones divididas en tres diferentes bases de datos: la primera, vinculada con la desaparición de los 43 en Ayotzinapa (n=493); la segunda, con el asesinato de Michael Brown en Ferguson (n=480) y la tercera, anclada al movimiento Black Lives Matter (n=478), que redobló la lucha por otros sucesos de abuso policial a partir del asesinato en Ferguson. El procedimiento contrasta con otras indagaciones sobre comentarios en YouTube, que suelen seleccionar de forma estratégica canales y videos emblemáticos (Way, 2015) o bien, utilizan las métricas sugeridas por la plataforma (García-González y Bailey, 2020; Vizcaino et al., 2020; Davis et al., 2019).

Una vez conformado el corpus, se ordenó la información de acuerdo con el ‘índice de participación’ y los resultados se contrastaron con la métrica de vistas sugerida por YouTube. Este ejercicio permitió identificar los patrones de interacción desde una lectura distante hacia los datos para posteriormente, revisar con mayor detalle las características generales de los tres vídeos que acumularon más vistas y compararlos con los tres que lograron el mayor índice de participación. La lectura distante y cercana hacia los datos, que se inspiró en el trabajo de Moretti (2015), permitió identificar algunas de las lógicas de acción en la producción cultural de protesta. Si bien, el método no abarca el análisis de los comentarios, se añaden ejemplos en la sección de resultados para mostrar el tipo de conversaciones políticas que se localizan bajo las métricas propuestas. Para seleccionar estos ejemplos se ordenaron los comentarios de acuerdo con su relevancia.

Por otra parte, para ubicar a los actores más relevantes se estudiaron los canales de los productores de sentido que contenían los 20 videos con mayor número de vistas así como de índice de participación propuesto, los cuales conformaron 120 producciones analizadas.

Finalmente, para observar la posible articulación de actores, se realizó la red de los 20 canales con mayor índice de participación de las tres bases de datos, a partir de las sugerencias de videos que YouTube ofrece y los suscriptores de cada canal.

Resultados. Escapar a la ley del poder: el efecto cola larga en la protesta social

Al analizar los comportamientos de las tres bases de datos de las protestas sociales examinadas, se observó que los vídeos que tienen más visualizaciones siguen la distribución de la ley del poder, pues solo unos pocos vídeos acumulan millones de vistas mientras que la mayoría se distribuyen en la denominada cola larga (figura 1). Indagando en la cantidad de vistas en comparación con el Índice de participación se confirmó que, en los tres casos, la visualización no refleja la conversación política. La mayoría de las producciones que están en cero en el eje de millones de vistas -porque no alcanzaron las 50,000 reproducciones- son las que logran el mayor índice de participación. Este contraste pudiera anticipar la existencia de dinámicas de acción que responden a lógicas no comerciales.

El efecto “cola larga” en la protesta social

Para indagar en ello se realizó una lectura más cercana hacia los datos, con la intención de ubicar las características generales de los vídeos que lograron el mayor Índice de participación en contraste con los que alcanzaron el nivel más alto de visualizaciones.

En el caso Ayotzinapa la producción que logró la mayor participación tuvo un índice de 2.1% y se titula: “Dicen que no son de Ayotzinapa. Entrevista con administrador de página Anti-Ayotzinapa” (Personajes México, 2014). Se trata de un podcast de un debate que se transmitió en vivo durante 1 hora, con 12 minutos y 37 segundos, en los cuales se refutan los argumentos que expresa el creador de contenidos de un sitio web en contra de los 43 estudiantes desaparecidos. En los comentarios más relevantes se observan valoraciones acerca de la calidad de los argumentos vertidos. Por ejemplo, uno de los comentarios expresa: “la mayoría de las respuestas con una falta de argumentos terrible, [el administrador] se contradice a sí mismo, titubea demasiado y eso es un claro ejemplo de su falta de conocimiento sobre el tema” (usuario 1).3 Los hilos de comentarios entre usuarios reflejan conversaciones políticas acerca del tipo de manifestaciones que deben o no, realizarse frente a la desaparición forzada:

No estoy de acuerdo en ningún saqueo y es claro que tú tampoco lo estás. Pero el tema no es ese; el tema sería ¿Qué harías tú si te matan, desaparecen o secuestran a un familiar? Propón otra cosa diferente al saqueo; solo no vayas a decir que borrón cuenta nueva y la vida sigue (usuario 2).

En contraste, el video más visto tiene una duración de 8 minutos con 45 segundos y se titula “Testimonio de estudiante sobreviviente de Ayotzinapa” (43 voces, 2014). Dicho material cuenta con altos valores de producción y calidad audiovisual, al capturar la experiencia humana de un sobreviviente de la noche del 26 de septiembre del 2014 y si bien, el vídeo tiene alrededor de 4 millones de visualizaciones su índice de participación es de apenas el 0.086% (figura 2). Los comentarios suelen expresar opiniones afectivas acerca del contenido. “Qué fuerte este muchacho al recordar y narrar lo que vivió, lo que vio, lo que sintió...” (Usuario 3), “…Leo esto y ya va para Franzke 5 años y todavía se siente ese vacío me imagino el dolor tan grande de sus padres. NOS SIGUEN FALTANDO 43 😢” (Usuario 4).

Base de datos Ayotzinapa. Millones de vistas Participación

En la base de datos “Michael Brown & Ferguson”, el vídeo que alcanzó el más alto nivel de participación tuvo un índice de 17.7%. Se trata de una producción que dura 8 minutos y 30 segundos y se titula “Ferguson Riots & Michael Brown Situation PT3 Breaking news” (navythomas8, 2014). En el audiovisual, un internauta comenta las noticias del caso Ferguson y crítica tanto a la protesta social, como a la defensa del policía Darren Wilson, pero carece de valores de producción audiovisual. De la misma manera que en el video anterior los comentarios más relevantes muestran a ciudadanos que tienen conversaciones políticas acerca de las formas en que las cuales se llevan a cabo las protestas:

yeah I do agree that if the grand jury comes back with no motion to proceed to trial... all hell will break lose… regardless... I hate seeing those taking advantage of this and using it to loot, damage innocent business owners that have nothing to do with it… (Usuario 5).

Por otra parte, el vídeo más visto es el fragmento de una comedia que tiene una duración de 15 minutos con 09 segundos y se titula “Ferguson, MO and Police Militarization: Last Week Tonight with John Oliver (HBO)” (LastWeekTonight, 2014). La narrativa es una sátira política que se burla de las declaraciones realizadas por el departamento de policía. El vídeo tiene alrededor de 12 millones y medio de visualizaciones, pero un índice de participación de 0.074% (figura 3). Los comentarios más relevantes hacen referencia al famoso conductor del programa y expresan emociones sobre el contenido del video: “John Oliver saying ‘This whole story is depressingly familiar’ is depressingly familiar” (Usuario 6).

Base de datos Michael Brown y Ferguson Millones de vistas Participación

Finalmente, en la base de datos Black Lives Matter el vídeo que logró la mayor participación se titula: “#BlackLivesMatter​ Interrupts Bernie Sanders” (Scratch Point, 2015) que tuvo un índice de participación de 6.3%. En el video, que tiene una duración de 6 minutos y 20 segundos, el dueño del canal critica la interrupción que miembros del movimiento Black Lives Matter, realizan en un evento del senador Bernie Sanders. Los comentarios revelan las opiniones políticas respecto a lo acontecido:

Expecting spine from politicians is like expecting to find water on the sun. Having a spine is no use when all you care about is how many people will vote for you (Usuario 7).

Por su parte, el vídeo más visto es una comedia titulada “Honest Racism #BlackLivesMatter​ - Ibo Brewer (Stand Up Comedy)” (Comedy Time, 2015) que tiene una duración de 3 minutos y 12 segundos. La narrativa se apropia del hashtag del movimiento para contar un chiste sobre prejuicios raciales que no tiene vinculación con el caso. Esta producción alcanza más de 10 millones de visualizaciones, pero apenas el 0.1 % en el índice de participación (figura 4). Los comentarios más relevantes suelen centrarse en el comediante y en la forma en que aborda el tema del racismo: “He looks so nervous but at the same time happy that he’s making people laugh at his jokes” (Usuario 8).

Base de datos Black Lives Matter. Millones de vistas Participación

Los casos bajo estudio confirman que en la zona de cola larga existen dinámicas de participación ciudadana que no responden a la lógica comercial, sino que utilizan la plataforma para expresar opiniones e inquietudes acerca de los acontecimientos. El contraste realizado en la lectura cercana insinúa que, los vídeos más vistos tienen características atractivas, mientras que, los que obtienen mayor índice de participación presentan discusiones y posturas ambivalentes que inducen a la contribución y deliberación, por lo que podrían reflejar las inquietudes de algunos ciudadanos. Los comentarios más relevantes que se presentan a manera de ejemplo, parecen ratificar que los videos más vistos generan comentarios vinculados con las características de atracción mientras que los localizados bajo el índice de participación parecen detonar opiniones vinculadas con las inquietudes políticas de los usuarios.

Los actores relevantes en la plataforma

Para continuar la indagación se contrastaron los actores más relevantes con la selección de los primeros 20 vídeos más vistos y los 20 con mayor índice de participación en las tres bases de datos analizadas: Ayotzinapa, Michael Brown y Ferguson y Black Lives Matter. Es decir, se clasificaron 120 videos para ubicar a nueve diferentes tipos de actores: medios tradicionales, (caracterizados por el financiamiento publicitario, la producción estable de contenidos y los elevados índices de suscriptores); los micro-medios digitales (con alcance limitado y menor cantidad de suscriptores); medios subsidiados por Estados; medios religiosos subsidiados por iglesias; medios alternativos e independientes que se vinculan con el movimiento de protesta (Valenzuela, 2015); actores políticos; empresas; internautas que producen contenidos de forma independiente y YouTubers, usuarios icónicos que suben videos de forma regular, con la intención de monetizar sus contenidos (Márquez y Ardèvol, 2018).

Desde la clasificación descrita se observan dos tipos de actores que, dependiendo si obedecen a lógica transaccional de las vistas o bien se analizan bajo el índice de participación, muestran diferencias significativas. Por un lado, los medios tradicionales aparecen hasta casi tres veces más cuando se agrupan bajo la lógica de las vistas. En contraste, éstos tienen una menor frecuencia al agruparse bajo el índice de participación, lo cual abre espacios para otro tipo de actores como son medios subsidiados por Estados, empresas que se suman a la causa y medios religiosos (tabla 1).

Los YouTubers, como actores emblemáticos de la red social, gozan de una gran cantidad de vistas en las tres protestas, pero su presencia es aún mayor en el índice de participación, particularmente en los casos Ferguson y Black Lives Matter en donde Youtubers afroamericanos de baja popularidad dominaron la narrativa. En cambio, en el caso Ayotzinapa, bajo el Índice de participación se ubicaron micro-medios, medios alternativos e independientes y medios subsidiados.

En la lectura cercana se observó que, la apertura a otro tipo de actores incluye rasgos menos evidentes. En el índice de participación, el lugar de enunciación de los productores es afín al de los jóvenes afectados. Por ejemplo, en los casos Ferguson y Black Lives Matter casi todos los productores pertenecen a la comunidad afroamericana y en el caso Ayotzinapa, se trata de internautas y YouTubers poco conocidos que se sumaron al sentido compartido de indefensión y a la demanda de justicia.

Índice de participación y cantidad de vistas por actor en las tres bases de datos

En lo que respecta a los videos que obedecen a la lógica de la plataforma, los YouTubers son personajes populares que no necesariamente comparten rasgos de clase y origen étnico con los afectados, algunos de los canales son: El pulso de la República, Peluche en el estuche y Steven Crowder. Este patrón se repite en los actores políticos, en el lado de las vistas está el partido político que ostenta el poder y en el Índice de participación, la oposición.

Finalmente, respecto a los medios, el contraste se da entre los que tienen mayor penetración por número de vistas, como Fox News, NBC News y CNN y entre los medios subsidiados como RT, AJ+ y teleSUR tv, que se destacan por su índice de participación. Estas observaciones podrían revelar que en la metodología propuesta se exhibe la lucha por el reconocimiento, así como la disputa por el poder en la contienda política e ideológica.

La articulación de redes entre las tres diferentes protestas

Para confirmar que bajo el índice propuesto se revelan las redes y conexiones de la conversación política se seleccionaron los primeros 20 canales de cada uno de los movimientos analizados y se construyó una red de actores con la herramienta “YouTube Data Tools”.

En la parte superior, con la menor cantidad de nodos-actores, se observa a la comunidad de Ayotzinapa. En la parte inferior predomina la comunidad Black Lives Matter y, por último, del lado superior derecho se observa a la comunidad de Michael Brown & Ferguson. Es notorio que la mayoría de los vínculos se construyen entre los mismos miembros de cada una de las comunidades bajo análisis. Sin embargo, se destaca que existen nodos cuyas aristas cruzan las comunidades y se observan diferentes conexiones entre ellas (figura 5).

Red de comunidades

Este ejercicio confirma que en la zona de cola larga existen rastros de lógicas colectivas y prácticas de conversaciones políticas articuladas. Este dato no es posible identificarlo desde las métricas comerciales y la fragmentación de la participación que la infraestructura de la plataforma configura.

Discusión

Los hallazgos muestran que la conversación política no es clara si se considera únicamente la lógica transaccional de YouTube que evidencia al conteo de las visualizaciones como métrica preeminente en muchos análisis. Lo anterior revela la importancia de indagar con nuevas aproximaciones metodológicas los fenómenos socioculturales que suceden en las plataformas, particularmente en aquellos lugares menos visibles (cola larga) pero con mayores intervenciones ciudadanas. El índice de participación propuesto permitió identificar la lucha por el reconocimiento que emprenden en las redes sociodigitales, sujetos que son parte de poblaciones excluidas de la esfera pública no sólo por motivos de clase social y origen étnico sino también por la brecha digital, pues ésta no es otra cosa que el reflejo de la brecha social en el mundo digital (Pimienta, 2007). También, se observó que en la cola larga hay indicios de interacciones ciudadanas a partir de producciones realizadas por internautas que no cumplen con elevados valores de realización, ni tampoco alcanzan un reconocimiento popular pero que en sus discursos plantean disyuntivas argumentativas y posturas ambivalentes que inducen a la reflexión, participación y, en algunos casos, deliberación. Lo anterior cobra relevancia pues es justo en dichas producciones donde se observaron rastros de acción colectiva en los tipos de actores que predominan, los cuales se encuentran en lugares poco visibles y lejos del impulso del conteo de vistas pero que se articulan entre las tres comunidades de datos que conformaron las diferentes protestas.

Es importante destacar que, bajo el índice de participación se observan redes de conversación política que pueden fomentar la cultura cívica y democrática. Pues, “En sintonía Habermas con (1987, 1996), la evolución de la teoría de la esfera pública y la democracia deliberativa se mantiene unida por el discurso político cotidiano, que forma redes de conversaciones a lo largo del tiempo y en varios espacios (comunicativos), informando a los votantes, dando forma a puntos de vista y cuestionando opiniones para sustentar la acción política futura”. (Graham et al., 2015, p. 649. La traducción es propia)4

Los abordajes teóricos de la esfera pública han evolucionado hacia diferentes aproximaciones periféricas. Sin embargo, las metodologías que intentan nuevos acercamientos para su indagación, son aún incipientes por diversas circunstancias, ya que lo viral y lo mainstream han sido categorías predominantes en los estudios digitales. Las investigaciones sobre Internet muestran una legítima preocupación por la plataformización del mismo, lo que hace necesario examinar desde nuevos enfoques los fenómenos que ahí suceden, particularmente en aquellos intersticios que no están en el repertorio de las métricas comerciales ni en los aparatos convencionales de exploración. Nuevas aproximaciones al análisis de contenido emergen en los estudios digitales -tal y como el “Lenguaje de procesamiento natural” o NLP por sus siglas en inglés- que servirán para futuras observaciones y descubrimientos sobre apropiaciones de los usos y discursos de la plataforma YouTube, sin dejar de lado la relevancia de la investigación cualitativa de corte etnográfico que da cuenta de las dimensiones socioculturales de estos complejos fenómenos.

El presente estudio aportó una metodología para eludir la lógica transaccional de la plataforma y permitió visibilizar otras formas de expresión, así como rastros de articulaciones que no son evidentes desde las métricas predeterminadas por YouTube y que son necesarias para la investigación de otros casos a estudiar con mayor profundidad toda vez que se demuestra la existencia de pliegues en donde subyacen fenómenos sociales por explorar. Para indagar en ellos es necesario plantear nuevas investigaciones que analicen de forma más cercana las conversaciones políticas localizadas y su relación con los contenidos, de ahí que, nuestros hallazgos proponen otras aproximaciones que ameritan más casos e investigación en la disciplina.

La presente investigación muestra la necesidad de explorar metodologías que permitan localizar fenómenos sociales poco explorados y sortear la hegemonía que se materializa en los algoritmos y datos digitales en un contexto de creciente plataformización. Así como también para reflexionar sobre la pertinencia de introducir aproximaciones críticas sobre este tipo de estudios pues, a casi ocho años de ocurridos los fatales acontecimientos, únicamente han sido localizados los restos de tres normalistas5 y el oficial Darren Wilson fue exonerado en el verano del 2020 (Salter, 2020), año en el cual el 27% de las muertes perpetradas por brutalidad policiaca en Estados Unidos fueron de personas afrodescendientes, las cuales representan apenas el 13% de la población de dicho país (Della Cava, 2021). Aunque la participación ciudadana ha logrado colocar en la esfera pública digital el problema del racismo y clasismo que existe en las instituciones de justicia de ambos países, como sucedió en el reciente caso de George Floyd (Upadhyay y Trifiro, 2022), pareciera que los avances, provocados por la conversación política, siguen siendo marginales en términos de justicia.

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Notas al pie:
1

El caso Ayotzinapa presenta mayor complejidad que el de Ferguson por el contexto de violencia vinculada con el narcotráfico y la presunta participación de fuerzas estatales y federales, como es el caso del ejército mexicano. Para más información revisar el tercer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes publicado en febrero del 2022: https://centroprodh.org.mx/wp-content/uploads/2022/03/RESUMEN-GIEI-AYOTZINAPA-III.pdf.

2

Political talk that emerges in these spaces is often spontaneous and tends to lack any direct purpose. (Graham, 2015, p. 250).

3

Conforme la Guía de Normas Éticas de la Asociación de Investigadores de Internet (Franzke, 2020) se ha decidido no citar el nombre de los usuarios utilizados para ejemplificar el tipo de comentarios localizados, con el fin de evitar que los comentarios sean relacionados con los usuarios que los producen y así, proteger su privacidad.

4

“Similarly Habermas (1987, 1996) evolving theory of the public sphere and deliberative democracy is held together by everyday political talk, which forms webs of conversations over time and across various (communicative) spaces, informing voters, shaping views and challenging opinions - underpinning future political action” (Graham et al., 2015, p. 649).

5

Del 2014 al 2023, han sido localizados restos de tres estudiantes: Alexander Mora, Christian Rodríguez, Jhosivani Guerrero de la Cruz. Para más información revisar: https://elpais.com/mexico/2021-06-15/identificados-restos-de-un-tercer-normalista-de-los-43-desaparecidos-en-iguala-en-2014.html

Historial:
  • » Recibido: 07/02/2022
  • » Aceptado: 25/04/2022
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