UN PERFIL DEL DOCENTE DEL SIGLO XXI: EL WEBNÍVORO COMO RESPUESTA AL INFORMÍVORO

 

Jorge Armando Oliva Agonizantes

Profesor del Departamento de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la división Preparatoria del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México


Resumen

 

El artículo aborda la interacción educativa del profesor con las redes sociales y la forma en que dicha interacción moldea la práctica docente en los cursos impartidos a los Millennials. El estudio se realizó bajo un enfoque estadístico cuantitativo descriptivo para identificar las características del docente, quien considera el uso de las redes sociales como una excelente oportunidad para potencializar el aprendizaje en los actuales escenarios educativos. Desde cualquier ángulo, en la educación contemporánea es fundamental la relación del docente con sus alumnos y la forma en que el primero desempeña su papel en el proceso enseñanza-aprendizaje, en donde la función de las redes sociales se ha mostrado como una de sus principales características.

 

Palabras clave: Tecnologías, Web 2.0, aprendizaje en redes sociales, informívoro, webnívoro, Millennials


Abstract

 

The article discusses the interaction of teacher education with social networks and how this interaction shapes the teaching practice in courses taught to Millennial. The study was conducted under a descriptive quantitative statistical approach to identify characteristics of teachers who considered the use of social networking as an excellent opportunity to potentiate learning in today's educational settings. Among the remains of the current education is critical teacher relationship with their students and how the first plays its role in the teaching-learning process, where the role of social networks has been shown as one of its main characteristics.

 

 

1. Marco teórico

 

Dentro de la sociedad actual de la ubicuidad, la red tiene un papel fundamental como generadora de nuevas herramientas educativas, por tanto, la pedagogía debe extenderse al aprendizaje y uso de estas nuevas herramientas, que han de servir para informar y no para desinformar (Cremades, 2001). Los alumnos adolescentes deben de entender a las herramientas de la era digital como un instrumento en beneficio de su desarrollo integral y no como algo que degrade sus capacidades motrices y mentales. Tal y como lo menciona Cremades (2001), Internet es un medio cuya riqueza depende de la sabiduría de quien lo usa.

Las instituciones educativas, por medio de la sociedad digital, deben poner límites al acceso de la información para dar una re-educación ante la inmediatez de lo actual. El deseo de la inmediatez se manifiesta con la expresión de que las imágenes digitales son más impactantes, vívidas y realistas que el simple texto en una pantalla (Bolter y Grusin, 2011); ante la “Babelización” (Brown, 2000) en la cual todo el mundo habla, pero nadie se escucha. La inmediatez de la información de los contenidos educativos dentro de la sociedad del conocimiento se debe “refutar a través del ciberespacio y sus formas de socialización” (Mendoza, 2004, p. 340).

El ciberespacio debe significar una oportunidad de aprovechar la conexión y la comunicación para fortalecer lazos humanitarios de respeto, amistad, cooperación y sobrevivencia. Porque “mientras el cambio tecnológico puede ser inevitable, la forma y el carácter de la tecnología están moldeados por los seres humanos que desarrollan y utilizan para trabajar, jugar, y convivir” (Chidambaram, 2001, p. 241). En la ubicuidad —“cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento”— o newmedia, las personas están en línea a disposición de los demás, buscando y creando información (Rainier, 2012), el salón de clase ya no es la excepción.

Internet abre el espacio y el tiempo del aula, que deja de ser un reducto estático y cerrado para abrirse a la sociedad, a la interconexión entre disciplinas y comunidades (Cremades, 2001). Para Gabriel Valerio (2011), los estudiantes deben ser capaces de acceder a la información como un requisito básico para no sufrir inanición, sabiendo qué información o en qué cantidades les conviene consumir para no tener problemas de obesidad o anemia informativa. Pero, ¿quiénes apoyan a los estudiantes en este proceso educativo? ¿Los docentes?

Llamamos informívoro al que consume (procesa) información en grandes cantidades (Valerio y Valenzuela, 2011). Cuando Valerio (2011, p. 669) retomó el concepto del informívoro de George Miller, al referirse a los nativos digitales que procesan información, surgió la interrogante de los docentes de bachillerato ante la respuesta a la conceptualización de sus alumnos dentro de la sociedad digital. Con el concepto de informívoro se buscó describir la conducta humana en la sociedad de la información, debido a que la mente sobrevive por la ingestión de la información (Machlup y Mansfield, 1984, p. 11).

Bajo la idea de Valerio (2011), no es papel del docente y de las universidades bloquear a los alumnos el acceso a las redes sociales, sino entender su naturaleza para encontrar la manera de obtener el máximo provecho, asegurándose de que los alumnos no sólo sean nativos digitales, sino que sean informívoros saludables. Las redes sociales pueden ser una excelente herramienta para crear y transferir información, sin embargo, nadie verifica que esa información sea sana, sea fiable. Sacarle provecho a estas herramientas depende en gran medida de las competencias informáticas de quienes las utilizan (Valerio, 2011).

Después de las generaciones X, Y, Z, hasta llegar a la dualidad actual de los inmigrantes digitales ante los llamados nativos digitales, se encuentra la característica del ser digital. Actualmente, las personas dejan de lado su presencia dentro de su interacción social, para establecer una relación de tipo digital al interactuar con su entorno mediante páginas dentro de las redes sociales. Se pasa, por lo tanto, a tener una personalidad virtual por encima de la personalidad cara a cara y de estrechar las manos (Agger, 2004).

Lo anterior se fundamenta en lo establecido en 2011 por la revista Prosumer Report en donde los Millennials —quienes tienen la capacidad de convertirse en la siguiente gran generación— viven en un mundo ultra conectado, en el que las limitaciones de tiempo y espacio han desaparecido. Todo se encuentra a un clic de distancia para esta generación. Ellos no se detienen a considerar el periodo sin precedentes de innovación tecnológica en la que nacieron, para ellos “así son las cosas”, tienen más y se distraen más rápido (Howe y Strauss, 2006).

La apertura en las limitaciones de tiempo y espacio afecta la forma en que conceptualizan y resuelven problemas. Los Millennials son interactivos más que lineales y más propensos a la multitarea para ahorrar tiempo, pero no suelen ser conscientes de la calidad en los resultados. Lo digital es común, es su forma de interactuar con sus entornos, algo tan natural como el comer y el beber (Euro RSCG Worldwide, 2011).

En de la sociedad del siglo XXI, la comunicación entre las personas ha visto su más importante desarrollo dentro de las llamadas redes sociales. Por ejemplo, Facebook presentó un crecimiento importante: en 2008 comenzó a ofrecer sus servicios en 180 países y 75 idiomas. “Alrededor del 20% de los 1.7 mil millones de usuarios de Internet en todo el mundo lo usan con regularidad” (Kirkpatrick, 2011, p. 275); significando un espacio en donde los miedos y los deseos de nuestra sociedad se observan y se proyectan de manera extraordinaria (Casacuberta, 2003), lo que representa a su vez un campo fértil para la educación.

El aspecto educativo debe ampliar su visión de Internet en el aprendizaje. Es “fuera de las aulas donde el potencial puede ser más significativo, donde la comprensión de estas dinámicas podría mejorar las iniciativas planeadas en las aulas u otros espacios de la educación formal (…) todo uso de Internet es potencialmente educativo” (Cobo, 2011, p. 16). Aunque el Aprendizaje Invisible establece la idea de aprender en estructuras líquidas del siglo XXI, no se puede olvidar que la sociedad actual es dinámica y cambiante; aunque con jerarquías que permanecen.

Para motivar a los estudiantes de hoy y prepararlos para un mundo en el que se les obliga a innovar, “los educadores deben ser mucho más intencionales en el diseño de culturas de innovación que favorezcan las habilidades que más importan” (Wagner, 2012, p. 69). Ante la necesidad de educar a los alumnos adolescentes catalogados como Millennials, los docentes del siglo XXI tienen que tomar en cuenta la innovación, la interactividad, la sociabilización y la experiencia de aprendizaje.

Frente a esa necesidad, por la falta de información y de conceptos viables, es fundamental crear, utilizar y dar a conocer el concepto de webnívoro para caracterizar al docente del siglo XXI. Para efectos del presente artículo, defino al webnívoro como el docente que utiliza adecuadamente tecnologías digitales, herramientas de comunicación o de redes sociales para acceder, investigar, organizar, comunicar, evaluar y generar información, así como el comprender los temas éticos y legales involucrados en el acceso y uso de las mismas. Porque, aunque los informívoros pueden ser más rápidos en el acceso a la información, aún tienen que saber cómo encontrar los detalles, resumir y sintetizar datos pertinentes para un aprendizaje que responda a los retos educativos generacionales.

Los webnívoros preparan clases para los informívoros de la generación Millennials, quienes en ocasiones no entienden por qué están revisando algo dentro de las redes sociales o yendo de acá para allá en los perfiles, en la búsqueda de algo que nunca encontrarán (Faerman, 2010). Están viendo fotos, aceptando y buscando amigos, haciendo tests, felicitando por logros o cumpleaños, aceptando invitaciones a grupos y/o eventos, chateando o simplemente enviando mensajes. Es por ello que el docente del sigo XXI debe fomentar el uso de la red social de manera responsable, porque “es un ejemplo de cómo las realidades no virtuales de las ciudades modernas pueden ser influenciadas de modos concretos por el uso concentrado de comunidades virtuales” (Rheingold, 1996, p. 337).

Mientras Google domina la búsqueda de la información en Internet, Facebook permite que los usuarios no sean en su mayoría creadores de los contenidos, sino que los replica en sus muros (López, 2012). Con ello se enfatiza la posibilidad de potencializar Facebook dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, con la idea de ir contracorriente al fomentar una escritura adecuada por encima de la desalfabetización que tiende a establecerse en la misma. Ese exceso de producción tecnológica hace que aunque se esté en un nivel muy alto de producción, el grado de utilización de esa tecnología por parte de los individuos sea cada vez más bajo (Fernández, 2009).

Estudios sobre Facebook como herramienta de aprendizaje respaldan la posibilidad del webnívoro de moldear el uso de la información por parte de los alumnos, porque “a medida que más y más profesores se convierten en usuarios de Facebook, las oportunidades para la interacción alumno-profesor aumentan” (Teclehaimanot y Hickman, 2011, p. 21). Para Llorens y Capdeferro (2011) Facebook no es la mejor opción para la realización de proyectos de colaboración, especialmente si se tienen exigencias en términos de control del tiempo y de organización de información. Aunque, con respecto al uso de Facebook en clase, el dar a los estudiantes un poco más de libertad y confianza en un ambiente menos controlado puede ser la clave (Fewkes, 2012).

Ante el umbral del open social learning –que “se trata de una evolución lógica, del aumento de los datos, pero también de la sofisticación de los sistemas de organización y filtrado de estos” (Pisciteli, 2010, p. 202)–, los cursos con el uso de las redes sociales por el webnívoro buscarán formar un informívoro con competencias en el uso de la información, que brinde respuestas a los problemas de la educación de comienzos del siglo XXI. Las competencias son: acceder a la información de manera efectiva y eficiente, evaluar ésta de forma crítica y competente y hacer uso de ella de manera acertada, ética, legal y creativa para el problema o tema que se está trabajando (Eduteka, 2009).

 

 

2. Metodología

 

La investigación se realizó bajo un enfoque estadístico cuantitativo descriptivo con un diseño no experimental transversal descriptivo y una muestra no probabilística de 100 profesores de nivel preparatoria en la Ciudad de México; con apoyo del análisis de estadística descriptiva para las variables. Se aplicó una encuesta electrónica a los profesores del 14 al 21 de junio de 2013.

 

 

2.1 Objetivo

 

Los docentes que educan actualmente a los Millenials en la preparatoria, algunos pertenecientes a los inmigrantes digitales, dieron respuesta a las necesidades de aprender de los nativos digitales dentro de una sociedad líquida (Bauman, 2007) y ubicua. Es así que bajo la idea del informívoro —el nativo digital que procesa información— es importante el surgimiento del webnívoro —como la respuesta a esa inmigración digital—. El webnívoro selecciona y organiza la información en calidad y en cantidad, basado en su experiencia, para transmitírsela al informívoro. Este último no sólo debe acceder, evaluar y organizar información, sino que lo ideal es que la elabore y la comparta a quienes la necesiten.

Por ello, es fundamental identificar las características del docente en el uso de las redes sociales como herramienta de comunicación en un curso impartido a Millennials que ayude a la comprensión del webnívoro como el responsable de enseñar al informívoro dentro de la educación del siglo XXI.

 

2.1. Participantes

 

Los 100 profesores de nivel preparatoria de una institución privada del sur de la Ciudad de México que impartieron cursos en el semestre enero-mayo de 2013 a Millennials que nacieron en 1995.

 

 

2.2. Instrumentos

 

La aplicación de un cuestionario, enviado por correo electrónico, bajo la siguiente pregunta básica: ¿Cuáles son las principales redes sociales que utiliza como herramienta de comunicación en alguno de sus cursos impartido a Millenials? También tuvo apoyo en las siguientes preguntas específicas:

 

 

2.3. Proceso

 

El cuestionario se envió el 14 de junio de 2013 por correo electrónico a los profesores, sin contratiempo en la resolución del mismo.

 

 

FIGURA 1. GENERACIÓN A LA QUE PERTENECEN LOS DOCENTES ENCUESTADOS

Fuente. Datos recabados por el autor.


Los docentes de la institución privada encuestados no presentan problemas por equipo de cómputo y acceso a Internet. El 40% pertenece a los llamados Baby boomers, aquella generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial, que fue fundamental en los pensamientos colectivos de la década de 1960. El 35% de los docentes encuestados es parte de la llamada Generación X, aquella que después del activismo político de los Baby boomers parecía no tener protagonismo cultural (Figura 1).

El resto de los docentes encuestados pertenecen a los llamados Millennials, la generación relacionada con el inicio de los nativos digitales, que ya nació dentro de una era digital y que pareciera ya no tener problemas con las redes sociales, como los de la Generación X y los Baby boomers (inmigrantes digitales). Los docentes encuestados pertenecen en general a la clase media, con estudios desde licenciatura hasta posdoctorados y radican en su mayoría en la Ciudad de México.

3. Resultados

3.1. Principales redes sociales que utiliza el docente como herramientas de comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje

FIGURA 2. REDES SOCIALES EN LAS QUE LOS PROFESORES CUENTAN CON PERFIL COMO DOCENTES

Fuente. Datos recabados por el autor.

 

Los encuestados destacaron Facebook como la principal red social. Un 33% lo usó para crear un perfil como docente y para comunicarse con sus alumnos en temas académicos, tanto dentro de la clase como fuera de ella, adaptándose y respondiendo a las características de la sociedad de la ubicuidad actual. Twitter, con un 18%, fue la red social que los docentes establecieron como la segunda utilizada para crear una cuenta como docente y a través de ella interactuar con sus alumnos. Se destaca la tendencia de algunos docentes, un 11%, de no tener ningún perfil dentro de las redes sociales.

Entre un 7% y 6% de los docentes utiliza LinkedIn y YouTube, respectivamente, para comunicarse con sus alumnos dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en los comienzos del siglo XXI. Les sigue Skype con 5%, Google+ con 4%, Blogger con 4% y otras redes tienen 2%. Se destaca que 89% de los encuestados son usuarios con perfiles docentes dentro de las principales redes sociales —Facebook, Twitter y YouTube—. Esto supera a los Millenials encuestados, lo que representa que un alto porcentaje de Baby Boomers y Generación X cuenta con perfil docente en dichas redes sociales y responde a las necesidades de sus alumnos (los informívoros).

 

 

3.2. Principales maneras de presentar en clase el manejo de información obtenida en las redes sociales

 

FIGURA 3. PRINCIPALES MANERAS DE PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN OBTENIDA DE LAS REDES SOCIALES POR PARTE DE LOS DOCENTES EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE ACTUALMENTE


Fuente. Datos recabados por el autor.


Un 44% de los docentes encuestados estableció al análisis de la información más importante, para utilizarla como referencia en la materia, como la principal manera de presentar la información en sus clases dentro del curso en el semestre enero-mayo 2013. Seguida con un 30% la muestra de videos, páginas en Facebook o hashtags elaborados por el titular de la materia. Es decir, el docente no sólo accede, selecciona y comparte información, sino que también la crea y la elabora. Con un 24% se observa el organizar la información en muros, hashtags o videos de YouTube para su comprensión. Con el mismo porcentaje se presenta la reflexión ética de los valores y las conductas de las publicaciones más populares; sin dejar de lado el 20% de “la publicación de información” en muros, tuits y videos en general.

Se observa también la característica de los inmigrantes digitales de no manejar en clase ningún tipo de información obtenida dentro de las redes sociales, al expresarse con un 15%. Seguido por un 12% que selecciona los tuits, las publicaciones y los videos de fuentes académicas reconocidas; mientras un 8% manifestó retuitear, postear o compartir la información de los usuarios en general. Lo que marca que el docente no sólo consume cualquier información, sino que la selecciona y evalúa. La opción de “otra” tiene un 7% y un 6% la “síntesis de las publicaciones, hashtags o videos más comentados”. Por lo tanto, sintetizar el “mundo” de información que se presenta en las redes sociales a cada segundo es una tarea pendiente para el docente del siglo XXI, para que sus alumnos sean informívoros saludables (Valerio, 2011).

 

 

3.3. Principales competencias observadas en los alumnos por los docentes durante la clase con el uso de la información de las redes sociales

 

FIGURA 4. COMPETENCIAS OBSERVADAS POR LOS DOCENTES EN SUS ALUMNOS AL USAR LA INFORMACIÓN DE LAS REDES SOCIALES


Fuente. Datos recabados por el autor.

 

Un 20% de los docentes encuestados respondió que observa que sus alumnos se desenvuelven en la creación de nuevas formas de aprendizaje. Un 18% detectó que con la información en las redes sociales utilizadas en clase, sus estudiantes comprenden los temas que se deben de abarcar. Un 17% de los docentes consideró que sus alumnos relacionan los temas con conocimientos previos. Un 11% de los docentes encuestados manifestó que sus alumnos realizan una reflexión acerca de los temas abordados; el 10% detectó que el uso de la información en las redes sociales les ayudó a sus alumnos al análisis. Sólo un 8% observó el interés por los temas académicos por parte de sus alumnos.

Destaca que un 6% de los docentes manifestó la distracción de sus alumnos durante la clase con temas de entretenimiento en las redes sociales. El 4% de los docentes observó la interacción académica de sus alumnos con sus contactos en las redes sociales y no sólo el uso para el entretenimiento. Por último, 3% no descubrió ninguna característica en sus alumnos y el 1% observó otra, diferente a las mencionadas.


3.4. El principal objetivo como docente con respecto a sus alumnos dentro de la educación actual del siglo XXI

 

FIGURA 5. PERCEPCIÓN DE LOS DOCENTES CON RESPECTO AL OBJETIVO QUE TIENE CON SUS ALUMNOS

Fuente. Datos recabados por el autor.

 

La conceptualización de webnívoro, como el docente que procesa información dentro de la sociedad de la ubicuidad para alimentar al informívoro, se apoya en los siguientes resultados. El 29% de los encuestados respondió que su objetivo como docente, con respecto a sus alumnos, es ser guía al compartir experiencia. Es decir, el webnívoro accede, selecciona, evalúa, crea y comparte información para sus alumnos (los informívoros).

El aprendizaje significativo, con un 22%, fue el siguiente objetivo establecido por los docentes, lo que representa que al compartir una información seleccionada en calidad y en cantidad, ayudará al alumno a consumir información que le permitirá tener elementos sólidos para resolver problemas cotidianos. Con un 17% se encuentra el facilitar el aprendizaje a los alumnos con la experiencia en el proceso y difusión de la información, apoyada en la selección en cantidad y calidad. Es decir, el webnívoro provee de información seleccionada al informívoro y lo acompaña en su desarrollo de búsqueda y uso de la misma.

Aunado a lo anterior, con un 16% se encuentra el uso de las herramientas 2.0 para la solución de problemas. Con ello, el webnívoro procesa la información y enseña al alumno con base a su experiencia y a las herramientas que el informívoro utiliza. Con el 11% está el ser ejemplo de valores y actitudes y con el 5% el crear conciencia ética con respecto a la información procesada. Se consolida la importancia del docente del siglo XXI, conceptualizado como webnívoro en el proceso actual de enseñanza-aprendizaje.


4. CONCLUSIONES

 

El docente del siglo XXI no sólo accede, sino que se apoya en su experiencia para seleccionar información y transmitirla mediante las redes sociales con calidad académica, utilidad y valores a sus alumnos. Es así como nuestra categoría conceptual del webnívoro (Baby boomer, Generación X o Millennials), responde a los cambios educativos del nativo digital en su necesidad de procesar la información dentro de la sociedad líquida y ubicua actual.

El surgimiento del docente como webnívoro —adjetivo con el que lo definimos actualmente— puede establecerse en el año 2004 con el lanzamiento de Facebook, una de las principales redes sociales que contribuyó, con las publicaciones en los muros, al intercambio de información. Ésta se fortaleció en 2005 con la creación de YouTube, que permitió la generación de una memoria digital histórica por medio de compartir videos. Su consolidación fue en 2006, con el surgimiento de Twitter, que permitió el intercambio y la actualización de información constantemente.

Existen webnívoros que transmiten su experiencia para que sus informívoros accedan, evalúen y organicen la información; pero también se encuentran un paso adelante al crearla y transmitirla a quien más lo necesita con la idea de crear informívoros saludables. El sólo abarcar una institución privada con profesores que radican en la Ciudad de México y que imparten cursos a Millennials marca la principal limitante del estudio. Un camino a seguir se vislumbra con la aplicación del cuestionario a profesores de diferentes lugares, que ayuden a responder a las exigencias del proceso educativo actual, al moldear las características del webnívoro ya mencionadas.

Es importante destacar cómo algunos de los docentes, a pesar de pertenecer a la generación Baby boomers, han dado respuesta dentro del proceso educativo a quienes Valerio (2011) llama informívoros. En donde el problema ya no es la escasez de información, sino el exceso de la misma, lo que evita que ésta llegue directamente a los estudiantes y se fomente la dispersión. El docente se responsabiliza de no sólo acceder, sino también de seleccionar.

Además de definir el concepto de webnívoro, comentar su perfil y utilizarlo como adjetivo para el docente del siglo XXI, aún queda la interrogante acerca del futuro del mismo a corto plazo, ¿sólo le bastará con su selección de información y su experiencia para seguir vigente dentro de la educación del informívoro en el siglo XXI? ¿El webnívoro se consolidará como un elemento fundamental en la evaluación de la educación o seguirá en peligro de extinción dentro de la sociedad del conocimiento? ¿La educación actual virada hacia la liquidez del tiempo, la democratización y la ubicuidad ya no necesita del webnívoro?


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