Etnografía celular: una propuesta emergente de etnografía digital
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Técnologico de MonterreySe propone una intervención en los debates actuales sobre el uso del método etnográfico para el estudio de la cultura digital. El texto se plantea en tres bloques: en el primero se posiciona el planteamiento conceptual de la etnografía celular dentro de la trayectoria de las metodologías para el estudio de la cultura digital y el creciente interés por la experimentación metodológica; en el segundo se esboza la propuesta de una etnografía celular; y, finalmente, se ofrecen algunos ejemplos del uso de la misma, tanto en proyectos de investigación como en experiencias docentes recientes. Las conclusiones buscan esbozar una agenda futura a manera de invitación y pregunta abierta

			Las ciencias sociales y las humanidades parecen haber entrado en una fase de reconstitución metodológica, en la última década han proliferado los llamados a expandir el repertorio de métodos y técnicas de investigación Law, J. (2004). : Londres: Routledge .(Law, 2004; Lury, C., & Wakeford, N. (2012). . Londres: Routledge .Lury &; Wakeford, 2012; Back, L., & Puwar, N. (2012). A manifesto for live methods: provocations and capacities. , (S1), 6-17.Back &; Puwar, 2012; Kubitschko, S., & Kaun, A. (2016). . Nueva York: Springer.Kubitschko &; Kaun, 2016). Estas voces plantean la necesidad de innovar metodológicamente para poder dar cuenta de fenómenos emergentes, complejos, múltiples o resbaladizos. Los diversos textos plantean la necesidad de renovar los métodos incorporando elementos más creativos, contextuales, experimentales, artísticos y 'artesanales', buscando estar a la altura de los retos que el estudio de la sociedad contemporánea presenta. Este no es el único objetivo: la innovación metodológica también es parte de una necesaria reconfiguración de nuestras preguntas y las teorías que utilizamos para sustentarlas, una saludable y crítica puesta en duda de nuestra capacidad de generación de conocimiento. Tal como apunta Law, J. (2004). : Londres: Routledge .Law (2004, p. 2) en la introducción de su libro
Conectado con lo anterior, aunque independiente de ello, hay una propuesta emergente de investigación conocida como 'teoría no-representacional' Thrift, N. (2008). . Londres: Routledge .(Thrift, 2008; 
				Vannini, P. (Ed.) (2015). . Londres: Routledge .Vannini, 2015) que va tomando cada vez más fuerza. Más que una teoría como tal es en realidad un 'estilo' de hacer investigación que bebe de distintas aproximaciones y tradiciones teórico-filosóficas y que rechaza 'la separación entre la corporalidad, la materialidad y la sociabilidad' 
			 
				 
				 Salvo que se indique lo contrario, todas las traducciones son del autor. 
			1 
				Vannini, P. (Ed.) (2015). . Londres: Routledge .(Vannini, 2015, p.5). Esta propuesta, como su nombre lo indica, cuestiona la idea del quehacer científico como una representación (de una realidad, de un fenómeno) y posiciona, en el centro mismo del proceso de investigación, 'el estar sintonizado con la vida como un proceso inacabado de crecimiento y movimiento; el estar sintonizado no con dónde reside la vida sino a dónde va a continuación' Vannini, P. (Ed.) (2015). . Londres: Routledge .(Vannini, 2015, p. 15). Si bien este no es el lugar para entrar a una discusión profunda de esta reconceptualización metodológica y sus implicaciones epistemológicas, apunto este panorama emergente para situar dicha propuesta como un modesto intento de participar en la construcción colectiva de nuevas formas de investigación, creativas, originales y con un componente de experimentación continua.

			La creciente digitalización (que puede ser leída como procesos varios de automatización, datificación y conexión) ha sido uno de los principales factores de desestabilización de la ciencia social tradicional. La cultura digital no sólo ha generado configuraciones sociales emergentes, sino que ha abierto la puerta al uso de herramientas distintas para el estudio de lo social, desde el Big Data y los métodos digitales hasta las etnografías digitales. Métodos usados con recursos y resultados desiguales en geografías académicas distintas. Mientras que las tecnologías digitales han logrado convertirse en cotidianas en Latinoamérica y los índices de penetración muestran una creciente dinámica de adopción, los estudios sociales sobre las tecnologías digitales en la región siguen siendo teniendo retos importantes y tareas pendientes (véase Gómez Cruz y Siles, en prensa).

			Ahora bien, los llamados a la innovación metodológica no son solamente fruto de los cambios traídos por las tecnologías digitales sino también por los paradigmas emergentes que han puesto en duda y problematizado muchos de los supuestos teóricos tradicionales como la mencionada teoría no representacional.

			En su análisis de 712 textos publicados entre el 2005 y el 2015, en diez de las publicaciones académicas más citadas de Latinoamérica, Siles, I., Méndez, A., & Espinoza, J. (2017). . Trabajo presentado en la Annual Meeting of the International Association for Media and Communication Research, en Cartagena, Colombia.Siles, Méndez y Espinoza (2017) encontraron que los métodos utilizados para estudiar las 'nuevas' tecnologías son más bien tradicionales y poco innovadores. La
En lo personal, la metodología siempre me ha resultado, por un lado, sugerente como tema de exploración y, por otro, una aproximación quizá menos recurrente en los trabajos académicos, un reto creativo. Soy consciente que la reunión de las palabras 'metodología' y 'creativa' no está exenta de suspicacias en algunos círculos académicos más tradicionales de la ciencia social. Lo que resulta difícilmente discutible es que los métodos actuales requieren ser al mismo tiempo soluciones creativas que respondan a los retos específicos de cada proyecto, y apuestas críticas que ayuden a replantear nuestras preguntas sobre fenómenos emergentes; de las ciudades inteligentes a las desigualdades digitales pasando por la inteligencia artificial, la realidad aumentada o los coches sin conductor. La renovación de nuestro arsenal metodológico debería ser una cuestión en constante evolución, que tuviera como objetivo tanto repensar los objetos desde perspectivas novedosas y originales como buscar expandir nuestras preguntas y teorías. Como lo plantea Law (2014), 'la cuestión reside no tanto en la ausencia de variedad en las prácticas de los métodos sino en las pretensiones de dominación de ciertas versiones de los mismos' (Law, 2014, p. 4).

			Un revulsivo a ese estancamiento metodológico ha sido la proliferación y creciente importancia de los objetos de estudio en la era digital. Los medios sociales, las apps, los memes, WhatsApp, las selfies, y muchos otros fenómenos contemporáneos, resisten una lectura desde los cánones clásicos, tanto teóricos como metodológicos. Estos nuevos objetos de investigación de las ciencias sociales han impulsado ciertas formas de experimentación metodológica y técnicas emergentes de obtención, registro, análisis y presentación de datos -no necesariamente, o únicamente, digitales-. No resulta aleatorio que este clima de expansión coincida a su vez con la consolidación de estructuras metodológicas como los 'métodos digitales' Rogers, R. (2013). . Cambridge MA: MIT Press.(Rogers, 2013) o el Big Data que abren nuevas vías metodológicas para pensar lo digital. Siguiendo este espíritu imaginativo y experimental, me planteo acercar la mirada a una propuesta emergente que he denominado etnografía celular, que busca ser una reflexión en proceso, transitoria y en diálogo. Propongo que las metodologías tendrían que ser fluidas y hasta temporales, más que un modelo monolítico y sólido a imitar. Esta propuesta tiene su base e inspiración en algunas de las reflexiones actuales sobre los retos de la etnografía en un mundo digital Pink, S., Horst, H., Postill, J., Hjorth, L., Lewis, T., & Tacchi, J. (2015). . Londres: SAGE.(Pink, Horst, Postill, Hjorth, Lewis &; Tacchi, 2015;

				Hine, C. (2015). . Londres: Bloomsbury Publishing.Hine, 2015) y busca dialogar con las mismas. La etnografía digital, contrario a lo que podría pensarse, no es (solamente) una etnografía
Este texto aspira a establecer una intervención en los debates actuales sobre el uso del método etnográfico para el estudio de los objetos digitales, buscando específicamente activar el diálogo en América Latina. No es este el lugar adecuado para hacer un balance de los alcances y límites de la implementación de la etnografía digital en América Latina, trabajo por demás pendiente y necesario, baste decir que hay el interés en el uso de la etnografía como herramienta para el estudio de la cultura digital se está incrementando, lo que se ve reflejado en el creciente número de artículos publicados en diversas revistas en español y en diversas geografías de la región Di Prospero, C. (2017). Antropología de lo digital: construcción del campo etnográfico en co-presencia. , 7(15).(Di Prospero, 2017;

				Lemus, M. (2015). Reflexiones en torno a la aproximación biográfica y la etnografía virtual como estrategias para estudiar la apropiación de las tecnologías digitales e Internet por parte de jóvenes. Trabajo presentado en las IV Jornadas Internas del CIMeCS, en La Plata, Argentina.Lemus, 2015; Delfa, C. V., & Cantamutto, L. (2016). De Participante a observador: el método etnográfico en el análisis de las interacciones digitales de WhatsApp. , , 1.Delfa &; Cantamutto, 2016; Gutiérrez, A. P. (2016). Etnografía móvil: una posibilidad metodológica para el análisis de las identidades de género en Facebook. , 2(4), 26-45.Gutiérrez, 2016; González, L. J. & Servín, A. (2017). Métodos cualitativos digitales: un acercamiento a la antropología digital y otras posturas de investigación online. , 7(15).González &; Servín, 2017; Cariño, G., & Ramírez, R. (2017). La presencia del sector agrícola en las redes sociales: un análisis etnográfico digital. , 7(14), 222-244.Cariño &; Ramirez, 2017; Aguilar, N. (2017). Ciberactivismo y olas de agitación comunicativa. Consideraciones etnográficas. , , 123-148.Aguilar, 2017), algunos de ellos publicados en esta revista. Sin embargo, hay dos retos que percibo todavía sin resolución. Por un lado, son escasos los trabajos provenientes de América Latina en la literatura hegemónica sobre la etnografía digital (que para bien o para mal está escrita en inglés). Por poner un ejemplo de ello, en una colección publicada recientemente por Routledge Hjorth, L, Horst, H., Galloway, A., & Bell, G. (Eds.). (2017). . Londres: Routlegde, Taylor & Francis.(Hjorth, Horst, Galloway &; Bell, 2017), que se sitúa como un referente global del campo, hay solamente tres autores latinoamericanos, dos de ellos trabajando en Australia y una en España. Ninguno de los textos del volumen hace referencia a la región. El segundo reto que sigue existiendo, y que guarda relación con esta desconexión entre culturas académicas, tiene que ver con el uso indistinto de teorías y aproximaciones que tienen una periodicidad y un contexto que son invisibilizados sin una articulación crítica en los textos. Conceptos como
Es esta desconexión, percibida en múltiples revisiones de textos y conversaciones con estudiantes y colegas, la que origina este texto. Las reflexiones presentadas aquí surgieron precisamente en una serie de visitas que hice en 2017 a Chile, Perú, Uruguay, Brasil y Colombia. 
			 
				 
				 Después de más de una década de no vivir en Latinoamérica y de varios años de publicar únicamente en inglés, veo este texto como un tímido y humilde intento de regresar al diálogo con mis pares en la región. 
			2 Hablando con colegas, participando en seminarios, dando clases y paseando por las calles de Santiago, Lima, Montevideo y Sao Paulo caí en cuenta de la necesidad de elaborar teorías y métodos propios que nos sirvan, por un lado, para dialogar con la ciencia social internacional pero, por otro, y quizá más importante, que puedan adaptarse y ajustarse a las realidades, idiosincrasias y preocupaciones propias de la región.

			Según datos de la GSMA. (2016). . Retrieved from GSMA (2016), el organismo que aglutina a los operadores de teléfonos celulares en el mundo, Latinoamérica tendrá 521 millones de usuarios en 2020 con una penetración de 78%. Para ese año se prevé que haya 260 millones de conexiones nuevas con Smartphones. El teléfono celular es, sin ninguna duda, la tecnología digital más importante para la región. Es por eso que he decidido explorar una aproximación 'celular' al trabajo etnográfico, cuestión que expondré con detalle en las siguientes secciones.

			El texto se plantea en tres bloques, en el primero posicionaré el planteamiento conceptual de la etnografía celular dentro de la trayectoria de las metodologías para el estudio de la cultura digital; en la segunda esbozaré un bosquejo de lo que entiendo por etnografía celular; y, finalmente, aportaré algunos ejemplos de cómo estoy experimentando con ella, tanto en proyectos de investigación como en experiencias docentes recientes. Las conclusiones buscan esbozar una agenda futura a manera de invitación y pregunta abierta.

		En los más de 15 años de experiencia enseñando métodos en varios niveles, disciplinas y países, la pregunta de los estudiantes siempre es la misma, y es en realidad muy sencilla: '¿cómo hago para responder mis preguntas de investigación adecuadamente?', o '¿qué método necesito para estudiar X?'.

			

				

				 Agradezco a Ignacio Siles su apunte sobre esta pregunta y los comentarios al texto.

			3 Independientemente de los objetos, los campos y las disciplinas, la mayoría de las ocasiones el problema planteado no es de carácter general (¿qué es la metodología?) sino particular (cuántas entrevistas, qué técnica usar, cuándo empezar y terminar, a dónde ir, etc.). Más aún, en muchas ocasiones la pregunta sobre el método antecede al objeto de investigación. Es muy común que estudiantes comiencen con: 'Voy a aplicar una encuesta' o 'Quiero usar redes sociales'. Por un lado, los métodos se entienden como un medio, por otro, parecen un fin en sí mismos. Mucho me temo que en ambos casos existe un inminente peligro, el de no reflexionar profundamente sobre la relación entre el conocimiento que se busca generar y las herramientas e instrumentos para generarlo. Los métodos son una forma de interlocución con nuestros objetos de estudio, una forma de transitar en el campo de investigación y un conjunto de relaciones y conexiones que generamos con el conocimiento previo sobre los fenómenos que estudiamos. Pero los métodos son más que eso, también son el soporte del tipo de preguntas que podemos hacer; el alcance y la profundidad que se puede alcanzar con los mismas, el tipo de respuestas que podemos dar. Al mismo tiempo, especialmente cuando se utiliza la aproximación etnográfica, los métodos son también la estructura y el marco de diálogo y relación con las personas estudiadas. Aún más, las metodologías son también una forma de pensarnos en nuestro rol como investigadores e investigadoras, ya que al mismo tiempo nos fuerzan a responsabilizamos (o no) por las decisiones tomadas y por el alcance y límite de nuestros métodos -de ahí que las disposiciones metodológicas sean también éticas y viceversa-. Los métodos son los pilares sobre los que se construyen nuestras reflexiones sobre algún fenómeno específico y la base de diálogo con nuestra comunidad académica. Siguiendo esta lógica, los métodos no deben ser otra cosa más que la continua construcción de puentes, sistemáticos y serios -pero originales y
Para Hine, C. (2015). . Londres: Bloomsbury Publishing.Hine (2015) el internet está situado en la vida cotidiana y es parte de complejas prácticas encarnadas por las personas.

			

				

				 Sus 3 'E's' en inglés son:
En el caso de mis intereses de investigación, mi exploración sobre las formas y fórmulas para comprender los fenómenos propios de la cultura digital comenzó con las llamadas 'comunidades virtuales' (Gómez Cruz, 2002), y derivó hasta llegar a objetos de estudio que ya no cabían en una distinción entre lo
Desde hace unos años, sin embargo, he notado un desplazamiento o una concentración de posibilidades tecnológicas que antes se basaban en el uso de la computadora y que ahora han sido expandidas (o contraídas según se vea). En los últimos años, un instrumento se ha vuelto indispensable para los diversos trabajos de campo etnográficos en los que he estado involucrado: el teléfono celular; se ha convertido en una de las tecnologías más usadas para casi todas las prácticas digitales. Este desplazamiento ocurre con -y en muchas ocasiones es causante de- un incremento en el interés por los métodos visuales (Bates, C. (2014). . Londres: Routledge.Bates, 2014; Mannay, D. (2016). . Londres: Routledge .Mannay, 2016, Watt, S., & Wakefield, C. (2017). . Londres: Routledge .Watt &; Wakefield, 2017) y los métodos móviles (Büscher, M., Urry, J., & Witchger, K. (Eds.). (2010). . Londres: Routledge .Büscher, Urry &; Witchger, 2010). Desplazamiento que parece estar reconfigurando y acercando las posibilidades técnicas y metodológicas de lo visual y lo digital en lo etnográfico (Gómez Cruz, E., Sumartojo, S., & Pink, S. (Eds.). (2017). . Londres: Palgrave.Gómez Cruz, Sumartojo &; Pink, 2017). En este sentido, los elementos visuales se han vuelto parte imprescindible de mi trabajo de campo, específicamente aquellos generados con mi teléfono celular (Gómez Cruz, 2016). Es precisamente a través de estas reflexiones visuales que me he dado cuenta de la importancia del teléfono celular en la investigación etnográfica digital. Por ello he denominado a esta propuesta -siempre emergente, siempre en progreso, no normativa-: etnografía celular; apenas un guiño conceptual pero que funciona por su doble acepción.

			Si bien el celular no es la única tecnología digital, actualmente parece ser la más importante y extendida de las tecnologías de comunicación y mediación. En ese sentido, los teléfonos celulares ciertamente aparecen como relevantes en esta propuesta. Sin embargo, la doble acepción que me interesa es que celular, por un lado, se refiere claramente a los teléfonos celulares como objetos, instrumentos y campos (taxonomía sobre la que regresaré en un momento), pero por otra parte apela también a la misma raíz de la que obtienen su nombre los teléfonos
En una serie de textos previos he esbozado la relación entre campo, objeto y técnicas de investigación para el trabajo etnográfico (Gómez Cruz &; Gómez Cruz, E., & Ardèvol, E. (2013). Ethnography and the field in media(ted) settings: A practice theory approach. , 9(3), pp: 27-46.Ardèvol, 2013; Ardèvol, &; Gómez Cruz, 2013). Este texto es una continuación de dichas reflexiones en la medida que busca reflexionar sobre el método etnográfico y su uso para el estudio de los objetos digitales.

			Si bien hay una creciente y rica literatura que discute el uso del celular como instrumento de campo, especialmente en etnografías comerciales Christensen, P., Mikkelsen, M.R., Nielsen, T.A.S., & Harder, H. (2011). Children, mobility, and space: Using GPS and mobile phone technologies in ethnographic research. , 5(3), 227-246.(Christensen, Mikkelsen, Nielsen, &; Harder, 2011; Hein, W., O'Donohoe, S., & Ryan, A. (2011). Mobile phones as an extension of the participant observer's self: Reflections on the emergent role of an emergent technology. , (3), 258-273.Hein, O'Donohoe &; Ryan, 2011) y hay incontables foros, blogs y propuestas de cómo utilizar apps específicas para el trabajo etnográfico,

			

				

				 Ver por ejemplo http://antropologia2-0.com/es/aplicaciones-moviles-etnografia/

			6 esta propuesta se mueve en una dirección distinta y busca incorporar una reflexión sobre la constitución de un campo de estudio etnográfico en sí mismo, o, para ser más preciso, una aproximación al trabajo de campo etnográfico más allá de la tecnología específica que representa el teléfono celular. En este sentido, una etnografía celular no es (solo) aquella que utiliza una tecnología específica -el teléfono celular- para recolectar datos o que estudia cómo esa tecnología es utilizada por las personas. Propongo que una etnografía celular es aquella que relaciona, a través de diversos dispositivos teóricos y metodológicos, a la pregunta sobre la relación entre diversas
Si, como sugiere Burrell, J. (2009). The field site as a network: A strategy for locating ethnographic research. , (2), 181-199. Burrell (2009), las etnografías contemporáneas cruzan distintas redes, y estudian predominantemente redes, quizá la más importante y transversal en sociedades urbanas sea la red de teléfonos celulares, porque en ella coinciden y se posibilitan muchas otras: la económica, la de comunicación, la de movilidad, la personal, la de producción de 'data', etc. El mundo urbano contemporáneo puede no ser (solo) móvil, pero es definitivamente celular en su configuración y la de sus posibilidades.

			Es precisamente la maleabilidad y la multidimensional presente en el concepto de
Hay, además, una razón importante para escoger el término
Así, el concepto de
Propongo entonces que es fundamental, más que nunca, el rol activo del investigador o investigadora y su
Hay otro motivo por el cual la idea de celular cobra sentido y tiene que ver con la constitución del campo etnográfico y la consiguiente separación entre lo
Hay varios ejemplos que resultan pertinentes y que, aunque no son necesariamente específicos a Latinoamérica son, sin duda, culturalmente apropiados de manera muy particular en la región. Quizá el ejemplo paradigmático sea WhatsApp, una de las tecnologías más importantes en la organización de lo cotidiano que, sin embargo no ha sido estudiada a fondo. WhatsApp, un fenómeno/tecnología, claramente
Finalmente, lo celular, como concepto teórico-metodológico, resulta útil para estudiar las prácticas digitales porque permite dar cuenta de los tránsitos Gutiérrez, A. P. (2016). Etnografía móvil: una posibilidad metodológica para el análisis de las identidades de género en Facebook. , 2(4), 26-45.(Gutiérrez, 2016) y las trayectorias Gómez Cruz, E. (2016). Trajectories: digital/visual data on the move. , (4), 335-343.(Gómez Cruz, 2016), de los espacios entremedio, en movimiento. Pero, sobre todo, de los intersticios, lo inacabado, lo intermitentes, lo que está en flujo y en proceso de ser. En la siguiente sección discutiré algunos ejemplos de cómo se ha utilizado la aproximación
Las reflexiones que presento en este texto se basan sobre todo en una serie de talleres de etnografía digital que he facilitado en Australia, México, Perú y Brasil. Estos talleres tuvieron como objetivo establecer una introducción a la relación entre el método etnográfico y el estudio de lo digital. En estrecha conexión, pero en sentido complementario, hay un segundo componente que ha sido implícitamente parte de los talleres y que consiste en utilizar diversas herramientas digitales para el trabajo etnográfico, particularmente una, el teléfono celular. Tal como mencioné en el apartado anterior, lo celular se ha detonado como objeto, campo y herramienta en los distintos talleres y proyectos. Los talleres, con distinta duración (de dos a veinte horas), han tenido siempre un componente práctico -quizá la única forma de aprender a hacer etnografía en realidad- y los asistentes a los talleres han realizado su ejercicio en equipo. Aunque esta configuración se debió sobre todo a las limitaciones de tiempo y el tamaño de los grupos, en realidad es cada vez más común en los proyectos de investigación actuales que se hagan en equipo. Esta misma limitación de tiempo tuvo como consecuencia que en algunos talleres, el tema a estudiar estuviera predeterminado (por ejemplo: la comida) mientras que en otras ocasiones eran los mismos equipos quienes escogían el tema a investigar. Sin embargo, en todos los casos los equipos eran libres de llevar a cabo su proyecto en su lugar de preferencia, la única condición es que tenían que escoger un 'punto de partida' para la construcción del campo. Este punto de partida podía ser una plataforma
Lo que aprendí de todas estas experiencias es la importancia de la articulación entre las tecnologías que estudiamos y que en la mayoría de ocasiones son las mismas que utilizamos para estudiarlas. De ahí que el concepto de
En las experiencias de Brasil y Perú, les pedí a los participantes de los talleres que crearan grupos de WhatsApp, uno por su equipo específico y uno general para preguntas y logística de todos los asistentes al curso. La idea surgió de la misma observación de las prácticas de los miembros en talleres previos que, cuando necesitaban dividirse utilizaban WhatsApp para comunicarse. Los grupos de WhatsApp servían para tener una inmersión completa que muchas veces tenía una temporalidad específica y que generaba una conexión
Un segundo ejemplo surge de un equipo en Brasil que hizo su ejercicio de investigación sobre las fotografías que personas que frecuentaban gimnasios subían a Instagram. Su interés estaba puesto en el cuerpo y la auto-representación. Después de analizar imágenes, inicialmente utilizando solo el teléfono, pensaron que visitar un gimnasio podía ser una buena idea. Fue cuando fueron a un gimnasio local que se dieron cuenta de la compleja práctica que implicaba, por un lado, la construcción de una estética del cuerpo y, por otro, el rol que los teléfonos celulares, la visualidad y el emplazamiento específico (enmarcado por una cultura como la brasileña) jugaban en la práctica. La mera observación de las imágenes en línea era apenas una parte de un complejo entramado sobre capital simbólico, tecnologías del cuerpo, discursos sobre el poder y la visualidad. Fue a partir de la observación
Estos son apenas dos ejemplos de cómo, la articulación del trabajo de campo en células para comprender fenómenos complejos a partir de preguntas sencillas, puede ser útil para llevar a cabo proyectos de etnografía digital. En ese sentido, el teléfono celular, como instrumento de campo, pero también como articulador y conector de dichas células, como tecnología de investigación, está en el centro de esta propuesta.

			Los datos señalan que la penetración de telefonía celular en países de habla hispana, incluyendo un creciente número de
Este texto es apenas una modesta propuesta, delineada más que profundizada, de cómo se puede incorporar reflexivamente la idea de
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Salvo que se indique lo contrario, todas las traducciones son del autor.

			Después de más de una década de no vivir en Latinoamérica y de varios años de publicar únicamente en inglés, veo este texto como un tímido y humilde intento de regresar al diálogo con mis pares en la región.

			Agradezco a Ignacio Siles su apunte sobre esta pregunta y los comentarios al texto.

			 Sus 3 'E's' en inglés son:
Aunque el juego de palabras no funciona en español lo que busco expresar es la imbricación entre las prácticas que se pueden observar a través de la pantalla y la compleja red sociotécnica que las posibilita, soporta y limita.

			Ver por ejemplo http://antropologia2-0.com/es/aplicaciones-moviles-etnografia/