Comunidades experimentales y literatura digital en Latinoamérica
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Tecnológico de MonterreyEl artículo propone un abordaje teórico-crítico para el campo de la literatura digital latinoamericana con eje en un componente colaborativo, a considerar bajo la noción de creación literaria en contextos de comunidades experimentales, laboratorios creativos y tecnologías sociales disruptivas. Se argumenta en relación a cómo obras surgidas en tales contextos pueden construir sentidos que discuten -en diversos grados- las tecnologías sociales hegemónicas en las sociedades tecno-glocalizadas contemporáneas. Luego de definir los conceptos clave y reseñar brevemente la historia de la literatura digital latinoamericana, se arriba a conclusiones con base en análisis de casos.

			El presente artículo propone un abordaje de corte teórico-crítico para el campo de la literatura digital latinoamericana con eje en un componente colaborativo, de acuerdo con una noción propia desarrollada en este texto y que podría resumirse como
En lo fundamental, se argumenta en relación a cómo obras surgidas en contextos de comunidades experimentales y de laboratorios creativos asociados a ellas pueden construir sentidos que discuten -en diversos grados- las tecnologías sociales hegemónicas en las sociedades tecnológicas y glocales (Robertson, R. (1992). . London: SAGE.Robertson, 1992).

			Si bien las nociones propuestas permiten comprender una amplia gama de prácticas artísticas contemporáneas, se toman para la fundamentación experiencias del campo de la literatura digital en América Latina. Este campo resulta propicio debido a una doble motivación: por un lado, su asociación temprana y constitutiva con la poesía experimental visual, sonora y performática que ha tenido protagonismo en Latinoamérica en la constitución de redes colaborativas;

			

				

				2Desde los años sesenta del siglo XX se ha constituido en Latinoamérica una escena 'en red' de poesía visual, sonora y performática experimental promovida, entre otros, por poetas experimentales como Edgardo Antonio Vigo (Argentina), el grupo Noigandres y otros poetas concretos y posconcretos (Brasil), Guillermo Deisler (Chile), Clemente Padín (Uruguay), César Espinosa (México), etc.

			2 por otro lado, la importante tradición de filosofías DIY [
En relación con el arte, las comunidades experimentales pueden ser rastreadas al menos hasta algunas de las vanguardias históricas (Bürger, P. (1987). . Madrid: Península.Bürger, 1987) como Dada y el Surrealismo, para las que la creación artística no era solo experimental sino también colectiva. Por un lado -como lo desarrolla Adorno, Th. W. (2004). . Madrid: Ediciones Akal. Recuperado de
Adorno (2004) en su
Por otro lado, si bien para que exista un movimiento artístico es condición cierto sentido de grupo, en el caso de las vanguardias referidas este aspecto grupal se acentuó. En efecto, en muchas ocasiones las vanguardias históricas enfatizaron también la creación en común, colectiva, que cuestionó la autoría individual e impregnó de vitalismo sus producciones. Los cadáveres exquisitos surrealistas y otras prácticas afines resultan ejemplos típicos de ello. Podría objetarse que Kurt Schwitters, asociado a Dada, cultivó un cierto 'dadaísmo individual', según se desprende de algunos de sus escritos (Schwitters, K. (1995). Merz. En (pp. 184-187). Valencia: IVAM Centre Julio González. Recuperado de Schwitters, 1995); con todo, las vanguardias se reconocieron en general en una forma de vida (en) común, una forma de vida con otros, que hacía radicar su concepción de lo comunitario no en la identidad sino en lo corriente de lo común, en cuanto pretendieron extender la fusión arte-vida, y su experiencia, hacia la sociedad en general enfrentándose al contexto del individualismo burgués ya consolidado entre los siglos XIX y XX. 
			 
				 
				4De allí la paradoja de varias vanguardias que afirmaron ese sentido de lo común y presentaron sin embargo grandes individualidades guías como Marinetti o Breton. 
			4 
			

			Adentrado el siglo XX, movimientos artístico-políticos de la segunda posguerra, como el Situacionismo o Fluxus que, al decir de Stewart Home, S. (2002). class war. Barcelona: Virus.Home (2002) -al igual que antes lo había hecho Dada-
Tal aspecto colectivo y autogestivo resulta importante para comprender las prácticas artísticas más contemporáneas de las que se trata aquí, ya que en las últimas décadas la noción de comunidad experimental se ha renovado en vinculación explícita con las tecnologías digitales.

			Por una parte, el net.art -junto con su dimensión política- es uno de los desarrollos más conocidos que pueden asociarse con la noción de comunidad experimental en los comienzos de la era Internet en los años noventa.

			

				

				5La dimensión política del net.art se pone habitualmente de relieve como convención en la misma denominación de la práctica, al ubicar un punto entre las dos palabras producto de un 'quiebre' tecnológico inesperado en una cadena de símbolos ilegibles en un email recibido por el artista Vuk Ćosić (
Pero cuando la utopía inicial de un ciberespacio abierto y horizontal cedió ante la hegemonía de políticas de mercado -desde los primeros desarrollos de publicidad y comercio
Por otra parte, si bien las prácticas DIY están mucho más extendidas en Latinoamérica en relación con las artes electrónicas en general -que muchas veces utilizan aprendizajes colectivos en robótica y
Respecto de la circulación de literatura digital en Internet por fuera del mercado comercial, puede sostenerse que en América Latina son pocas las obras que requieren de algún pago para acceder a ellas.

			

				

				12 La afirmación proviene de mi propia experiencia de investigación en el campo, lo que no implica que la dé por exhaustiva sino indicativa. Las obras analizadas en este artículo son de circulación gratuita en Internet. Un caso reciente de literatura digital latinoamericana de la que solo se puede obtener algunas muestras libres de pago es
En la genealogía que se ha venido trazando hasta aquí, la noción de comunidades experimentales elaborada por Roberto Jacoby resulta significativa. Como se anticipó, guarda cierta semejanza con la de estética relacional de Nicolas Bourriaud, pero ambas nociones no son equivalentes. Mientras que en los dos casos se está en presencia de experiencias que priorizan los vínculos sociales como aspecto central del arte, las estéticas relacionales ocurren en general en galerías y otro tipo de espacios institucionales en los que obras no convencionales se desarrollan como instalaciones en proceso y/o como acciones colaborativas y efímeras. Pero las comunidades experimentales 'de arte' en su sentido más radical podrían incluso no producir arte, entendido como propio de la institución-arte. Como Jacoby viene sosteniendo desde los años sesenta del siglo XX, 'El 'arte' no tiene ninguna importancia. Es la vida la que cuenta' (Jacoby cit. en Longoni, A. (2011). Introducción. En R. Jacoby, . Madrid: La Central / Museo Reina Sofía / Adriana Hidalgo.Longoni, 2011, p. 26). Y aun si no se propusiera una opción tan radical, las comunidades experimentales que promueve Jacoby son micro-sociedades que habilitan:

			[…] encuentros impensados y relaciones inéditas entre artistas y no-artistas, artistas visuales, músicos, escritores, intelectuales, arquitectos, sociólogos, filósofos, sujetos inquietos dispuestos a articular capacidades y trayectorias diferentes. Promueve[n] no tanto la interdisciplina como la indisciplina respecto de los límites establecidos entre los distintos territorios y saberes, para instituir otros modos colectivos de pensar y de hacer (Longoni, A. (2011). Introducción. En R. Jacoby, . Madrid: La Central / Museo Reina Sofía / Adriana Hidalgo.Longoni, 2011, p.11).

			Esta noción central a la estética de Jacoby tiene como correlato otra: 'tecnologías de la amistad'. Si se sigue el subtítulo que Syd Krochmalny dio a un artículo que publicó sobre el tema, las tecnologías de la amistad pueden entenderse como 'formas sociales de producción, gestión y circulación artística en base a la amistad' (Krochmalny, S. (2008). Tecnologías de la amistad. Las formas sociales de producción, gestión y circulación artística en base a la amistad. . Recuperado de
Krochmalny, 2008). Se trata de un modo de fusionar arte y vida, sostenido por prácticas colaborativas que exploran modos de estar juntos. Como señala Longoni, A. (2011). Introducción. En R. Jacoby, . Madrid: La Central / Museo Reina Sofía / Adriana Hidalgo.Longoni (2011) la escala de estas comunidades experimentales basadas en tecnologías de la amistad es variable. Puede implicar una micro-sociedad de solo dos personas o de quinientas. Ejemplos al interior de la trayectoria de Jacoby como artista e intelectual experimental son
Ahora bien, para comprender las artes en la cibercultura contemporánea -y como parte de ellas, la literatura digital- resulta productivo enmarcar la correlación entre comunidades experimentales y tecnologías de la amistad en relación con el concepto más abarcador de tecnologías sociales propuesto por Flavia Costa, F. (2012). Tecnologías sociales. En C. Kozak (Ed.), (pp. 211-224). Buenos Aires: Caja Negra.Costa (2012), del que aquí se deriva el de tecnologías sociales disruptivas. De acuerdo con la autora, las tecnologías sociales pueden ser entendidas de dos maneras. Por una parte, 'en el sentido restringido de los artefactos propiamente tecnológicos que promueven socialidad -los medios de comunicación de alcance masivo, el correo tradicional o electrónico, las redes sociales con base en Internet, los teléfonos fijos o celulares y demás-' (Costa, F. (2012). Tecnologías sociales. En C. Kozak (Ed.), (pp. 211-224). Buenos Aires: Caja Negra.Costa, 2012, p. 212). Pero también como 'mecanismos institucionales que delimitan modalidades regulares, sistemáticas y previsibles de vínculos e interacciones orientados por objetivos prácticos' (Costa, F. (2012). Tecnologías sociales. En C. Kozak (Ed.), (pp. 211-224). Buenos Aires: Caja Negra.Costa, 2012, p. 212). En este sentido, la autora incluye como tecnologías sociales 'grandes aparatos tecnosociales de vinculación obligatoria que organizan la vida social de una población' (Costa, F. (2012). Tecnologías sociales. En C. Kozak (Ed.), (pp. 211-224). Buenos Aires: Caja Negra.Costa, 2012, p. 212), esto es, aparatos judiciales, políticos, educativos, artísticos.

			Así, en el cruce de esta doble acepción, las comunidades experimentales de arte y tecnología, que experimentan a la vez en relación con dispositivos tecnológicos en cuanto artefactos y en cuanto dispositivos sociales, intentan establecer en muchas ocasiones 'zonas temporalmente autónomas' (Bey, H. (abril 1999). TAZ: La zona temporalmente autónoma (y II). , , pp. 10-23.Bey, 1999) respecto de esos grandes aparatos tecnosociales
En ese marco, antes de pasar a la vinculación entre literatura digital en América Latina, comunidades experimentales y tecnologías sociales, resulta necesario dar cuenta de este tipo específico de literatura, de su historia regional y de sus principales vertientes.

			La literatura digital es entendida aquí como un conjunto de prácticas artísticas y obras por lo general multimediales, pero que evidencian una función poética relevante en diálogo reconocible con la literatura (analógica) en su sentido convencional -su historia, sus géneros, por ejemplo- y en cuyos procesos de producción, circulación y recepción intervienen no solo dispositivos digitales sino, con variantes de grado, la programación en código informático. El énfasis en la función poética en diálogo con la literatura se debe en esta definición al intento de encontrar cierta especificidad, aunque
Se toman en cuenta aquí para el análisis obras de la última década, sin por ello dejar de notar que la literatura digital latinoamericana lleva más de medio siglo de desarrollo. Y si lo habitual es que el eje desde sus comienzos haya estado puesto en lo experimental, también se dio en sus primeras etapas un incipiente impulso colaborativo ligado a la circulación y a los ámbitos de recepción que solo luego se ampliará a la producción.

			Las dos obras que pueden considerarse iniciadoras del campo (Antonio, J.L. (2008). Trayectoria de la Poesía Electrónica en Brasil: Una breve historia. , . Recuperado de
Antonio, 2008; Kozak, C. (2015). Mallarmé e IBM. Los inicios de la poesía digital en Brasil y Argentina. , (1), pp. 191-200.Kozak, 2015), casi en un límite proto-digital ya que estaban basadas en manipulaciones de dispositivos digitales para dar lugar a poemas visuales impresos en papel, fueron los tres poemas que el argentino Omar Gancedo, O. (diciembre 1966). “IBM”. , .Gancedo incluyó bajo el título
La historia crítica de la literatura digital latinoamericana está aún por escribirse, si bien existen trabajos que abarcan períodos, países o autores específicos (entre otros: Antonio, J.L. (2008). Trayectoria de la Poesía Electrónica en Brasil: Una breve historia. , . Recuperado de Antonio, 2008; Kozak, C. (2017a). Esos raros poemas nuevos. Teoría y crítica de la literatura digital latinoamericana. , 4, pp. 1-20.Kozak, 2017a; Kozak, C. (2017b). Literatura expandida en el dominio digital. , 6, pp. 220-245.Kozak, 2017b; Correa-Díaz, L., & Weintraub, S. (Eds.). (2016). Poesía y poéticas digitales/electrónicas/tecnos/New-Media en América Latina: definiciones y exploraciones. . Recuperado de Correa-Díaz &; Weintraub, 2016; Gainza, C. (diciembre 2016). Literatura chilena en digital: mapas, estéticas y conceptualizaciones. , , pp. 233-256. Recuperado de Gainza, 2016). Como síntesis de 'momentos fundacionales', de modo de no exceder el objetivo del presente trabajo, pueden mencionarse tres grandes líneas que se han desarrollado cronológicamente, aunque en la actualidad convivan en simultáneo:

			

				 Luego del puntapié inicial ya comentado, aparece la poesía digital animada o cinética, que con el tiempo podrá ser también interactiva, desarrollada por ejemplo, en sus comienzos en Brasil, con casos como el poema 'Não!' de Eduardo Kac, E. (1982). “Não!”. . Recuperado de
Kac, creado en 1982 y proyectado en pantalla LED en un centro cultural de Río de Janeiro en 1984; 'Soneto sóprávê' (1982) de Daniel Santiago (con programación de Luciano Moreira, en lenguaje tal/11); 'Universo' (1985) de João Cohelo, programado en Advanced Basic Language (Antonio, J.L. (2008). Trayectoria de la Poesía Electrónica en Brasil: Una breve historia. , . Recuperado de
Antonio, 2008). Desde mediados de los años noventa se pueden mencionar obras producidas en la Argentina como las series de Las primeras novelas hipertextuales digitales, luego hipermediales, surgidas de artistas latinoamericanos datan de fines de los años noventa y comienzos de los dos mil. Una de las primeras, poco conocida, fue Una línea que en América Latina comienza a mediados de los años dos mil y que cuenta con varios desarrollos más recientes está constituida por obras que vinculan la literatura digital con los videojuegos. La novela hipermedial

					

			
Como ya se ha señalado, las comunidades experimentales constituyen micro-sociedades de escala variable: de dos, de varios, de muchos. La cuestión no es el número sino la potencia de vinculación.

			En la literatura digital latinoamericana, las colaboraciones entre varias personas que aportan sus competencias específicas para el desarrollo de una obra -escritores, diseñadores gráficos, diseñadores web, músicos, programadores- son frecuentes, pero ello no implica forzosamente que la colaboración dé lugar a obras colectivas bajo el impulso de comunidades experimentales. Muchas veces una persona idea el concepto de la obra y convoca a otros distribuyendo el trabajo por áreas que serán luego puestas en común. Como sostiene Jaime Alejandro Rodríguez, J.A. (Ed.). (2011). . . Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.Rodríguez (2011) este tipo de obras proceden 'reuniendo
Pero en otros casos, la colaboración parte de laboratorios creativos, esto es, de espacios en los que la experimentación creativa en común resulta significativa. La idea del 'laboratorio' aplicada a las artes contemporáneas con bastante frecuencia implica ya una vinculación con lo experimental. Se toma en general inadvertidamente esta noción de las ciencias llamadas 'experimentales', cuya metodología está basada en la repetición de experimentos a partir de hipótesis con vistas a conseguir ciertos resultados. En las artes experimentales, con todo, el control de los resultados tiende a ser difuso, llegando al extremo de que estos no importen en absoluto. Para la literatura, las ya comentadas escrituras no-creativas (Goldsmith, K. (2015). . Buenos Aires: Caja Negra .Goldsmith, 2015) serían un ejemplo paradigmático. No importa allí el resultado de tales escrituras que cuestionan la categoría de autoría y experimentan con escrituras 'ajenas' aplicando diverso tipo de procedimientos: copia, reordenamiento según alguna restricción, aleatoriedad, etc., sino el proceso mismo de esta escritura de laboratorio. En otros casos, de todos modos, se da parcialmente cierto control sobre resultados. En la literatura digital, incluso aleatoria, el control viene desde la propia escritura del algoritmo que hace posible su funcionamiento, aun cuando las posibilidades de efectuación de las obras sean tan vastas que la sensación de lo incontrolado termine siendo la predominante. Así, estos laboratorios experimentales y colaborativos también pueden ser variables tanto en escala como en alcance de lo común-colaborativo. En lo que sigue, se propone en esa línea variable un breve análisis de algunas experiencias en literatura digital latinoamericana.

		Se trata de una obra interactiva de dos páginas/pantallas, cuyos fragmentos de 'versos' -que en todos los casos remiten a la muerte-, aparecen resaltados con diversos colores brillantes sobre un fondo negro recortado sobre una página que semeja color del papel algo envejecido. Cuando se pasa el cursor por los bloques de texto, el poema libera imágenes fijas, videos y sonidos. En algunos casos el texto y la tipografía cambian en el fragmento por donde pasa el cursor, en otros casos distintas frases aparecen también por fuera de los bloques de versos. La obra invita intuitivamente a pasar el cursor casi frenéticamente. Se lo puede hacer con lentitud, pero quien interactúa descubre rápidamente que si se acelera el paso del cursor la obra gana en espesor, sobre todo porque los sonidos liberados van generando un concierto desaforado en continuado: música de suspenso, maullidos de gato, disparos, frases inconexas que se superponen y se repiten una y otra vez con estridencia. A medida que se interactúa, las imágenes que aparecen y desaparecen en la pantalla también semejan una sinfonía descompuesta: un ta-te-ti, una Doña Muerte típicamente mexicana, recortes de cabezas que caen, una mano empuñando un cuchillo. En algunos fragmentos no sólo el paso del cursor sino también cliquear libera otra cosa: otro texto, otra imagen, un videojuego algo disfuncional en el que el texto introductorio -las instrucciones de uso- habla también del vacío y de la muerte. Y hacia el final, el último bloque de texto, 'Productos de una hipótesis todo', lleva a una catarata de objetos que inician con la mano blandiendo el cuchillo y continúan poblando la pantalla con marañas de hilos negros y rojos -como la sangre-, fotografías, documentos de identidad, letras, muñecos, monedas, etc., hasta llevar a una zona con la leyenda 'Pucha y continúa' (Figura 1). Cliquear allí da lugar a otro espacio posible pero frustrado de colaboración, dado que lleva a un blog en el que los lectores podrían continuar el texto, cosa que hasta donde se puede leer, no ha sucedido. Así, más allá de la evidente interacción necesaria para que la obra se realice,

				
Anacrón: Hipótesis de un producto todo. Fuente:
Otro caso de micro-sociedad experimental digital de uno-dos es el que da lugar a las obras

				
Aunque en los créditos de ambas obras, que fueron publicadas en la

				
Otras experimentaciones colaborativas se establecen a partir de la puesta en línea de obras/plataformas creativas abiertas que permiten que los usuarios generen sus propios textos a partir de ciertas herramientas. Se han dado en América Latina al menos dos grupos. Por un lado, plataformas de colaboración abierta que ofrecen una serie de recursos como por ejemplo estructuras formales, ejes temáticos o zonas de colaboración a partir de los cuales se pueden escribir textos. Por otro lado, varias obras/plataformas que, a partir de textos base y un conjunto de recursos, generan las condiciones para nuevas escrituras y colaboraciones.

			Del primer caso se pueden señalar plataformas como
Por su parte,
En relación con el segundo caso, es significativa la experiencia de

				
En la literatura digital latinoamericana se encuentran experiencias significativas que involucran formas de creación colaborativa, tanto desde el punto de vista de quienes desarrollan los proyectos en una primera instancia, muchas veces involucrados en comunidades experimentales y tecnologías de la amistad, como de los lectores/escritores que producen textos en la interacción con obras/plataformas. De las experiencias aquí revisadas se puede concluir que en general ha resultado más facilitador de formas literarias no convencionales que enfatizan la experimentación formal y social, las que involucran micro-sociedades experimentales de uno-dos -
Aun así, en general todas las propuestas de literatura digital analizadas impulsan la incorporación de aprendizajes conjuntos del hacer, la circulación abierta por fuera del mercado -que como se explicó anteriormente suele tener mayor presencia que la que requiere pago para el acceso- y experiencias literarias digitales por fuera de la estandarización de los consumos digitales en la cibercultura. Se trata así de obras que discuten, al interior mismo de la cibercultura, los caminos más trillados y homogeneizadores de la sociedad digitalizada contemporánea, por lo que dan lugar a modos disruptivos de la experiencia hiperconectada al uso. Literatura digital que puede ser comprendida entonces bajo el impulso de tecnologías sociales disruptivas.

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Para no redundar gráficamente, a partir de aquí, luego de hacer mención por primera vez a alguna de estas nociones entre comillas, se utilizan sin recurrir a ellas.

			2Desde los años sesenta del siglo XX se ha constituido en Latinoamérica una escena 'en red' de poesía visual, sonora y performática experimental promovida, entre otros, por poetas experimentales como Edgardo Antonio Vigo (Argentina), el grupo Noigandres y otros poetas concretos y posconcretos (Brasil), Guillermo Deisler (Chile), Clemente Padín (Uruguay), César Espinosa (México), etc.

			3El término tiene traducción al español, pero depende de variantes regionales por lo que nunca termina de estabilizarse por completo (Hágalo usted mismo; Hazlo tú mismo; Hacelo vos mismo). De allí que se prefiera en este artículo mantener su uso estandarizado en inglés.

			4De allí la paradoja de varias vanguardias que afirmaron ese sentido de lo común y presentaron sin embargo grandes individualidades guías como Marinetti o Breton.

			5La dimensión política del net.art se pone habitualmente de relieve como convención en la misma denominación de la práctica, al ubicar un punto entre las dos palabras producto de un 'quiebre' tecnológico inesperado en una cadena de símbolos ilegibles en un email recibido por el artista Vuk Ćosić (Pagola, L. (2008). netart latino database. El mapa invertido del net.art latinoamericano. En B. Mackern y N. Casares (Eds.), . Badajoz: MEIAC. Recuperado de Pagola, 2008, p. 10).

			6 Es usual fechar la 'presentación en sociedad' del concepto de lo posdigital en 2014, cuando los organizadores del festival de arte, tecnología y sociedad
7 Se podrían dar muchos ejemplos para ilustrar lo dicho. Como no se trata del tema central de este artículo, se da aquí solamente uno. El grupo Iconoclasistas, integrado por Julia Risler y Pablo Ares comenzó en el año 2006 a producir recursos gráficos de libre circulación, apropiación y uso que difundían en su sitio web. Unos años después, comenzaron a intervenir en el espacio público fuera de la web a través de la implementación de talleres de mapeo colectivo itinerante, investigación colaborativa y cartografías críticas. El objetivo, dentro y fuera del ciberespacio es tejer redes y propiciar prácticas colaborativas de resistencia y transformación de la vida cotidiana (http://www.iconoclasistas.net/).

			8 Se denomina
9 Moderna en general, y no modernista necesariamente, ya que como lo ha señalado Perloff, M. (2010). Chicago: University of Chicago Press.Marjorie Perloff (2010), autores consagrados del modernismo anglosajón —T.S. Eliot, Ezra Pound, James Joyce— han hecho uso del citacionismo o incluso de la remezcla.

			10Rivera Garza, C. (2013). . Ciudad de México: Tusquets.Rivera Garza (2013) ha dedicado una sección de su libro
11 Ver más adelante el análisis de obras de Milton Läufer y su vinculación con
12 La afirmación proviene de mi propia experiencia de investigación en el campo, lo que no implica que la dé por exhaustiva sino indicativa. Las obras analizadas en este artículo son de circulación gratuita en Internet. Un caso reciente de literatura digital latinoamericana de la que solo se puede obtener algunas muestras libres de pago es
13 Se ofrece un listado panorámico representativo, pero no exhaustivo, ordenado por países, de artistas que han incursionado en obras de (o afines a) poesía digital ya sea centralmente o como parte de una obra más amplia de arte digital o de poesía analógica. Argentina: Ana María Uribe, Belén Gache, Ciro Múseres, Charly Gradin, Fabio Doctorovich, Gabriela Golder, Gustavo Romano, Héctor Piccoli, Iván Marino, Ladislao Pablo Györi, Mariela Yeregui, Milton Läufer, Omar Gancedo, Sebastián Bianchi; Brasil: Alckmar Luiz dos Santos, Andre Vallias, Álvaro Andrade García, Augusto de Campos, Chico Marinho, Daniel Santiago, Eduardo Kac, Erthos Albino de Souza, Giselle Beiguelman, João Cohelo, Lucio Agra, Wilton Azevedo; Chile: Carlos Cociña, Felipe Cussen, Gregorio Fontaine Correa, Luis Correa-Díaz, Martin Bakero, Martín Gubbins, Orquesta de Poetas (Fernando Pérez Villalón, Felipe Cussen, Pablo Fante, Federico Eisner); México: Augusto Vinicius Marquet, Canek Zapata, Benjamin R. Moreno, Eugenio Tisselli, Horacio Warpola, Karen Villeda, Rodolfo Mata; Perú: Enrique Beó, José Aburto, Luis Alvarado; Uruguay: Clemente Padín, Luis Bravo.

			14 Es habitual que la autoría sea compartida por varios artistas que colaboran desde sus competencias como escritores, diseñadores web, programadores, etc. Para abreviar se suele dar el nombre del autor del texto y/o concepto general de la obra, lo que no deja de ser problemático. Ver más adelante.

			15Aarseth, E. (2004). La literatura ergódica. En D. Sánchez Mesa (Ed.), (pp. 117-145). Madrid: Arco. Aarseth (2004) desarrolla su concepto de literatura digital como literatura
16 Paradoja cuyo análisis exhaustivo excede los límites de este trabajo, pero que sin duda merece atención en trabajos futuros.

			17 Pablo Katchadjian publicó en 2009 una tirada de 200 ejemplares en una editorial autogestiva de un texto experimental titulado
18 Los motivos por los cuales esa plena funcionalidad de la obra se detuvo en algún momento no son públicos. Al parecer hubo un cambio de servidor donde se aloja que pudo haber influido. Por otra parte, del artículo publicado por Valencia, L. (2011). Crónica de viaje de un novelista a la literatura digital y su regreso (felizmente) escarmentado. En J.A. Rodríguez (Ed.), . (pp. 85-99). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana .Valencia (2011) en el que comenta la experiencia, se desprende que encontró lo que considera limitaciones al proyecto de escritura colaborativa: 'Los casos de distorsión y de creación de fragmentos fueron los que tuvieron gran acogida, no así la que debía corresponder a los co mentarios con posibilidad de narración extensa. El lector no se animaba a escribir de manera más compleja una variante narrativa de interpreta ción de los textos' (p. 97).