Reseña de libro: La imaginación Metodológica

Ortiz María

Reseña de libro: La imaginación Metodológica

Virtualis. Revista de cultura digital

Tecnológico de Monterrey, Dirección de Investigación de la Escuela de Humanidades y Educación



Cada vez es más el tiempo que pasamos en las pantallas y son más las esferas de nuestras vidas que allí transcurren. A la creciente digitalización de base se suman los múltiples espacios de sociabilidad que han inaugurado las redes sociales.

Esta actividad en línea de la que participan miles de millones de personas ha transformado el campo de los estudios sociales; el entorno digital se convirtió en un ineludible objeto de estudio para quienes producen conocimiento sobre las ciencias sociales. Hoy por hoy estudiar las tendencias y comportamientos, los cambios sociales, los intercambios y relaciones, los conflictos de una sociedad obliga al/la investigador/a a incluir aquello que está ocurriendo en y a través de las pantallas. La esfera de lo material y físico convive con la de lo digital virtual: vivimos en una cultura digital que constituye en sí un objeto de estudio, y que está compuesta por objetos digitales, también a ser estudiados.

Cómo estudiar esta cultura digital es el interrogante que se plantean los autores de los ocho capítulos de La imaginación metodológica: César Rodríguez Cano, Gabriela Sued, Dorismilda Flores-Márquez, Rodrigo González-Reyes, Claudia Benassini Félix, Lidia García González, Rebeca Padilla y Ana Isabel Zermeño Flores. Como afirma Raúl Trejo Delarbre en el prólogo al libro, por poseer una materialidad distinta a los demás objetos culturales 'es preciso construir o aprovechar instrumentos afianzados en ese entorno' (p.8), pues la especificidad de la cultura digital requiere de métodos propios, de encuadres metodológicos que permitan sentar las bases para investigar en este nuevo terreno.

Fruto del Seminario de Estudios de Internet que fue iniciativa de María Elena Meneses Rocha y Dorismilda Flores-Márquez en el año 2018 y que reunió a investigadores de universidades mexicanas, esta colección de capítulos presenta un conjunto de proyectos de investigación sobre distintos aspectos de la vida en la pantalla desde una reflexión metodológica. Es un aporte fundamental a la discusión sobre metodologías para el estudio de la cultura digital. Debido al sesgo geográfico que atraviesa la producción académica sobre este tema, es especialmente valioso para los investigadores latinoamericanos, además de ofrecer una excelente guía a quienes quieran emprender una investigación de este tipo.

Desde el capítulo introductorio Flores-Márquez plantea un rasgo común a los objetos digitales: ''requieren, en mayor o en menor medida, creatividad metodológica y reflexiones éticas para su abordaje' (p. 18). La etnografía digital es un término que atraviesa estos abordajes y es central para la aplicación de métodos cualitativos al estudio del comportamiento de los sujetos (usuarios). En su artículo, Rodrigo González Reyes (pp. 117-143) sienta las bases para la aplicación del método etnográfico en los estudios digitales, presenta un marco heurístico que permite observar el entorno digital para reconstruir el proceso de prediseño y diseño de un proyecto.

Lo novedoso en estos trabajos es la convivencia de los métodos cualitativos con una batería de métodos digitales de base cuantitativa. Dentro de la primera línea, Lidia García González brinda lineamientos para estudiar de los movimientos sociales mediante la entrevista, la observación no participante y el análisis de comentarios.

Dentro de la segunda, primero César Rodríguez Cano nos introduce a su empleo combinando su experiencia personal como investigador del medio digital con el análisis de redes, visto desde sus aspectos epistemológicos, metodológicos y técnicos. Luego el trabajo de Gabriela Sued, sobre el uso del hashtag #mextagramers y la fotografía en Instagram despliega una combinación de métodos y técnicas digitales, empezando por un análisis textual (frecuencia y nubes de palabras), la analítica visual y por último, un análisis de hashtags que explora redes de hashtags hacia el interior del corpus estudiado.

Publicado en el 2021 el libro lleva la marca de la pandemia que en muchos casos obligó a sustituir métodos de investigación en presencia por los posibilitados por la pantalla. También los discursos sobre el COVID en un grupo en Facebook son objeto de análisis; a través de la observación participante, Claudia Benassini analiza las prácticas de comunicación y las formas de debatir y de dialogar sobre el virus en redes sociales.

Dos capítulos centrados en la investigación participativa de las prácticas digitales cierran el libro. Rebeca Padilla presenta un repertorio de estrategias de investigación-acción aplicadas al estudio de lo digital en el que se incluyen la investigación participativa en centros comunitarios, talleres para la alfabetización digital y la inclusión social de los jóvenes a través de lo digital entre otros. Ana Zermeño complementa esta aproximación al ofrecer pautas para la producción de proyectos de investigación participativa. La autora enfatiza las diferencias entre la metodología que se aplica en la ejecución del proyecto para producir conocimiento, y la que tiene como propósito producir y gestionar el proyecto de investigación participativa, a través de un conjunto de pasos ordenados que permiten la ejecución y evaluación del proyecto en sí.

A lo largo de estas reflexiones se exponen las ventajas que brinda la posibilidad de realizar estudios en y desde la pantalla, especialmente desde las restricciones que trajo la pandemia, así como también las limitaciones de esta modalidad de trabajo. El hecho de que el insumo básico para muchos proyectos sean los datos de nuestras interacciones en línea plantea la pregunta por los usos de estos datos, la privacidad de ellos, y la postura ética del investigador, así como la imperiosa necesidad de contar con lineamientos para un abordaje ético en el trabajo con datos, como señala Flores-Márquez al cerrar su artículo rico en reflexiones sobre la etnografía digital (pp. 91-116).

Desde la pregunta inicial, pasando por la planificación al planteo de una investigación el libro resulta muy instructivo para ubicar métodos como la observación participante, la entrevista, el análisis de comentarios en este proceso. No se trata de un manual práctico, pues en la mayor parte de los trabajos la descripción de los métodos es algo somera, pero el valor de esta publicación reside en abrir un abanico de posibilidades al investigador y plantear ejemplos de uso de estos métodos.





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